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Christopher Vélez.

S E N S U A L.

Amelie fue a la planta baja para ir por algunas cosas para su masaje mágico.

Mi respiración es un desastre mientras sigo recostado sobre la cabecera de la cama, ella la vuelve así, un beso pasional que tanto ansiaba, las ganas estan a flote, estos días se que con ella aquí pasaremos los mejores días y noches, haré que Amelie se olvide de todo.

Pronto la mire subir de nuevo, una sonrisa en sus labios color carmín, la blusa cuello tortuga color negro ajustada a su cuerpo, su cabello en ese moño despeinado por culpa mía, Amelie Jones es tan sensual, en sus manos trae algunos frascos que pronto coloca en la mesa de noche.

— Bien Christopher quítate la camisa.

— Señorita Jones, yo acato cualquier cosa que desee pero, ¿está segura? puede que no se contenga señorita Jones y quiera hacerme cualquier otra cosa, claro yo estaré feliz y muy contento. — una sonrisa escapó de mis labios y ella comenzó a acercarse.

— Estaría encantada de tener un gran encuentro en la cama contigo, pero Christopher creo que es mejor que descanses, no parece que hayas dormido bien y por lo que me contaste del viaje creo que es mejor opción el masaje. — se acercó a mi odio — mis masajes son mágicos — dijo a modo de susurro.

Dicho eso Amelie a horcajadas sobre mi comenzó besando mi cuello y sus manos traviesas viajan a los botones de mi camisa negra, comienza desabotonar de abajo hacia arriba, sus labios queman mi cuello, sus besos son sutiles, sensuales, traviesos y sobre todo muy húmedos, sus manos las sube por mi abdomen hasta que llegan a mi cuello donde comienza a aflojar la corbata alrededor de este.

Mis manos posadas en sus glúteos, estos que son tan firmes y con los que fantaseo constantemente, siento como quita por completo la corbata y luego sus manos desabotanan los últimos botones que quedaban.

La camisa se abre por completo, Amelie deja mi cuello para desender hasta llegar a mi clavícula, besos húmedos recorriendo esta parte, mis manos amasando firme y agresivamente sus glúteos, mientras que en mi pantalones siento como intenta crecer mi polla por tanta excitación.

Su recorrido de besos comienza a subir nuevamente, un gemido se forma en mi garganta y no trato de reprimirlo, ella es la única que con tan solo besos y su presencia me hace perder el control y gemir como un adolescente que apenas descubre los placeres del sexo.

Un beso en mis labios y luego Amelie se levanta.

— Christopher tumbate boca abajo en la cama. — ella da pequeños golpecitos en la cama a un lado mío.

— Bien, demuéstrame qué tan buenos son tus masajes, pequeña gatita. — dije una vez comenzaba a rodar para poner como ella indicaba. — ¿Qué tanto tienes ahí?

— Aquí tengo está vela con olor a lavanda ayudará a que te relajes, aceite que ayudará y está crema que es excelente para los buenos masajes.

No hice más preguntas, asentí y mire como prendió la vela que pronto comenzó a soltar ese olor tan fuerte a lavanda, me acomode mejor, colocó mis manos debajo de mi cabeza a modo de almohada, apoyó mi mejilla izquierda sobre ella y puedo ver a Amelie en el móvil tecleando.

— ¿Con quién hablas?

— ¿Celoso?

— No, tu puedes hablar con quién te plazca solo es curiosidad.

— Solo busco musica relajante.

Amelie dejo el móvil una vez le puso play al sonido, una melodia  relajante fue lo  comenzó a salir por el parlante del móvil.

Sexo 𝑠𝑖𝑛 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐀𝐃  |Christopher Vélez| +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora