One-shots (sonaze)

𝓔𝓵 𝓭𝓲𝓵𝓮𝓶𝓪 𝓭𝓮𝓵 𝓬𝓪𝓫𝓪𝓵𝓵𝓮𝓻𝓸

Continuación de "El caballero"

Había pasado casi un año, la cercanía entre el cobalto y la morada se hizo más y más fuerte, al punto de que rara vez estaban separados.

En una de esas ocasiones, la felina estaba entrenando, golpeando los caballeros de heno y madera, fue así hasta que una reconocida voz la llamó.

-vamos Percival, ya es el décimo tercero que destruyes- dijo viendo los rastros de heno en el suelo- además que los pobres no se pueden defender...- pateó la cabeza de uno al aire, a lo que la gata atravesó la cabeza con la punta de su estoque.

-Me gusta entrenar sola, además que solo práctico donde atacar los puntos vitales y débiles...- atacaba lugares como hombros, codos, muñecas y cualquier parte del cuerpo que influya en el movimiento de extremidades.

-je, entonces admites que es una mejor táctica inmovilizar que solo matar- hacía tiempo que se lo había recomendado a la gata, no era un fan de matar a sus rivales, no solo por el tema moral, también por las ventajas que le puede traer eso.

-s-supongo... ¡P-Pero solo lo hago para no ensuciar tanto el filo de mi estoque!- argumento avergonzada, detestaba darle la razón al cobalto.

-je, bueno... ¿Quieres entrenar conmigo?- saco una espada de las que estaban apiladas en el lugar, no había vuelto a combatir con está.

-no lo creo, detestaría dejaros de nuevo con el curandero- recuerda cómo perdió los estribos la primera vez que peleo con el cobalto.

-vamos, me he vuelto más fuerte, además que he sido el único que no es un caballero de la mesa redonda que ha resistido tu ataque definitivo ¿no?

-hmph, bien... ¡En garde!- se lanzó hacia el cobalto, generando el choque de ambas armas junto al chispazo de estas.

-¿ves?- pese a que poco a poco perdía terreno, lograba mantenerse firme pese al poder de la gata- estoy mejorando...

-hmph- sonrió levemente, le encantaba ese orgullo y determinación del erizo- bien, entonces me pondré seria...- el filo de su estoque lentamente se fue calentando, ganando más terreno contra el cobalto.

-ehh... ¿Q-Que?- dijo nerviosamente, si a duras penas puede con ella en ese modo, que será en serio. Pero esos nervios rápidamente se volvieron en emoción, a lo que este sonrió- bien, pero tratare de no darte una victoria tan fácil...

El combate fue rápido pero lleno de habilidad y hasta cierto punto, divertido, cada ataque que la felina daba era bloqueado o esquivado por el cobalto, pese a que eran endemoniadamente rápidos, el erizo rara vez podía atacar, la felina aparte de tener una potencia de ataque devastadora, también tenía una defensa perfecta, ya pasados cinco minutos, el erizo finalmente cayó ante el cansancio de bloquear los ataques y los ardientes cortes que sufrió.

-ah...- suspiraba exhausto, cuando la felina guardó su estoque y dio por terminado el combate, el erizo cayó al suelo, pero seguía exhalando.

-eh...- se dio cuenta de las heridas del cobalto, al parecer se había dejado llevar por la euforia de la pelea, osea que había disfrutado del combate.

-Qué bárbaro...- dijo mirando el cielo, ya toda la adrenalina se había acabado, y pese al dolor, el erizo estaba contento.

-levantaros, tenemos que ir a curarle...- ayudó a levantar al erizo y caminaron hacia la enfermería.

La gata tomó varios paños junto a un poco de vino para desinfectar las heridas del erizo, se sentó al lado de este y empezó a pasar con delicadeza el paño en los cortes del erizo.