𝓐𝓹𝓻𝓸𝓫𝓪𝓬𝓲ó𝓷

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El conocido dúo conformado por el erizo y la gata nuevamente se habían visto en la obligación de unir fuerzas, aunque tal vez tendrían que trabajar en equipo por más de una semana... o mes.

La razón era simple, los doctores de ambas dimensiones habían decidido unir recursos e imperios permanentemente, teniendo un poder capaz de amenazar ambas dimensiones, el erizo y la gata por defecto conviven más. A tal punto en que cada uno planificó una estadía para el otro en su dimensión, varias veces los combates y las batallas contra los doctores tardaron más de un día, ahí el porqué una casa para ambos en las dos dimensiones.

Las constantes visitas y/o estadías del erizo en la dimensión de la gata le permitieron conocer el castillo.

-wow... esto si que es primera clase- dijo el erizo viendo a todos los sirvientes junto a los detalles dorados de los interiores del castillo.

-agradezco su observación- la gata caminaba directo hacia su cuarto, según ella tenía un mapa de la isla.

-y bueno.... ¿Quieres ir a tomar algo más tarde?

-de acuerdo, aunque preferiría terminar con este problema primero...

-Muy bien.

Tras planear, ejecutar y finalizar su combate semanal con los doctores, ambos tomaron su descanso, la gata la paso bien, las bromas y monerías del erizo lograron sacarle una que otra sonrisa.

Y así pasaron los meses, la gata cada vez le tenía más confianza al erizo, a tal punto de contar que paso con sus padres y un detalle más...

La gata tenía un hermano, el hermano menor se llamaba Flare the Cat, al no contar con los poderes ígneos que tiene su hermana, este se especializó en el esgrima y combate cuerpo a cuerpo, siendo el general más respetado y eficiente del reino. Por motivos reales, el gato se fue.

Otro día como de costumbre el erizo y la gata derrotaron a los doctores, al ver como la Nega Death Egg caía al mar, ambos celebraron, o bueno, el erizo celebró. El cobalto abrazó la cintura de la gata para alzarla y dar vueltas.

-¡Lo logramos!- exclamó contento el erizo.

Esa fue otras de las novedades al tener más confianza con la gata, el contacto físico con esta ya era más frecuente.

La felina sonrió y rió, el erizo sí que sabía hacerla reír, era un momento de ensueño.

Hasta que un puño fue directo a la cara del erizo, haciéndolo caer y por defecto a la gata.

El agresor era un gato lavanda, con cola de caballo, botas y guantes rojos, y una espada en su cintura, las medallas y uniforme militar daban la idea de que era un general.

-¿estáis bien, hermana?- dijo el gato manteniendo su posición de pelea.

-¿Flare?... ¿¡Pero qué te pasa!?- grito molesta la gata, aparte de que casi siempre se la pasa afuera, este va y golpea a su amigo.

-No se que clase de llave o técnica de asfixia es esta, pero no permitiré que lastimeis a mi hermana...- el gato se acercó rápidamente hacia el erizo, pero la gata se interpuso.

-Siempre es lo mismo contigo Flare, nunca escuchas...

-con que Flare ¿eh?- el erizo se limpió la mejilla donde había recibido el golpe- Blaze me ha contado mucho de ti.

-mi posición y valencia en el reino es digna de renombre... preparaos para ser ejecutado.

-¡Basta!- la gata impuso su autoridad golpeando el suelo con un pisotón provocando una onda expansiva ígnea llamando la atención de ambos machos.

One-shots (sonaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora