𝓓𝓮𝓾𝓭𝓪 𝓼𝓪𝓵𝓭𝓪𝓭𝓪 🔞

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Continuación de "el casino"

Los gemidos eran sonoros y placenteros, la gata se apoyaba de la mesa de noche mientras el erizo la penetraba con algo de fuerza, tras sentir ese corrientazo que viajaba desde su intimidad hasta toda su columna, las piernas de la gata temblaron, a lo que el erizo la sujeto para que no cayera al suelo y se acomodo junto a este en la cama.

-ha...- suspiraba agitada la gata, al cabo de unos segundos, la gata se acomodo encima del erizo- ¿otra ronda?- la gata siempre demostraba mucha energía en sus encuentros.

-wow... dame un respiro... ¿En serio no estás cansada? ya es la quinta ronda...- dijo exhausto el cobalto.

-je, bueno, debo admitir que también estoy un poco cansada- esta recostó su cabeza en el pecho del cobalto y cerró los ojos.

Ya a unos segundos de conciliar una reconfortadora siesta, un timbre de teléfono sonó, era el celular de la gata.

-ash... ¿En serio ya son las ocho de la noche?- esta se levantó y tomó su celular de la mesa de noche- vaya... y eso que iniciamos a las cuatro...- la gata contestó el teléfono- diga... oh, ya voy- la gata colgó el teléfono- bueno, como raro la paso tan bien contigo que pierdo la noción del tiempo~- está camino hacia su baño y se preparó para bañarse- ¿quieres ducharte?

-C-Claro...- este entró junto a la gata a la bañera, no tuvieron acción... oh bueno, no fue tan movida como hace rato.

La relación de ambos individuos avanzó, para evitar que el erizo tuviera ese largo trayecto para llegar a esa ciudad, la gata aprovechando su influencia, logró conseguirle un trabajo de bartender en un bar cerca de su Casino, así solucionaba su problema económico y su estadía en esa ciudad. Permitiendo las constantes tardes llenas de placer junto a un trago.

Al ser una ciudad de casinos, bares y demás instituciones que satisfacen los deseos de todo adulto, la mayoría de los horarios laborales eran nocturnos, esa era la hora predilecta de todos los turistas y ludópatas.

Para dejar las cosas más claras, la gata hizo un trato con el cobalto, el pagaba su deuda a través de cuotas con intereses y al cabo de un mes el erizo estaría libre de la gata, aunque este no colaboraba a la hora de disminuir la deuda, su orgullo le rogaba y obligaba a seguir apostando con la gata. Sin mencionar que disfrutaba tener acción con esta.

Ya al día siguiente, ambos decidieron pasar el rato en un restaurante, ya más tarde tendrían que ir a sus respectivos trabajos.

-y cuéntame, ¿porqué elegiste ser una anfitrión de Casino? con los consejos que me has dado puedo concluir que eres una excelente matemática y analitica de probabilidades, ¿por que no fuiste una contadora o profesora?

-bah, no me llamaban la atención, además que siempre he tenido demasiada suerte con ello- esta sacó una baraja- ¿quieres practicar?

-¡Claro!- este recibió su baraja, como de costumbre, la gata ganó- ash...

-je- esta revolvió las cartas- tranquilo novato, es solo cuestión de práctica- dijo orgullosa.

-Otra vez con lo de novato, ¡ya te dije que llevo dos años jugando! soy un jugador experimentado...

-je, entonces si tu eres alguien "experimentado" yo soy toda una veterana...- decía con su típico semblante relajado.

-oh vamos... tienes veinticinco años,  te doy unos...- este fue interrumpido por la gata.

-trece años...- dijo la gata, el erizo se quedó sin palabras.

-¡¿Q-QUE?!- dijo totalmente sorprendido, ninguno de sus amigos había empezado en el mundo de las apuestas desde tan joven.

One-shots (sonaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora