𝓣𝓾 𝓬𝓪𝓫𝓪𝓵𝓵𝓮𝓻𝓸

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Última continuación de "El caballero"












En el castillo del Rey Arturo, en la zona de entrenamientos, una felina morada y un erizo azul, ambos estaban uno frente al otro mientras se apuntaban entre sí con unas espadas de madera, la felina se notaba con dudas sobre el combate que iban a tener.

-¿Estáis seguro que es necesario llevar estos juguetes para combatir?- ese tipo de espadas siempre eran para los niños o principiantes.

-Claro, me dijiste que te gustaría que los combates amistosos durarán más, así que qué mejor que unas armas que no pueden infligir un daño muy grave...- se puso en pose de combate- ¡En garde, Sir Percival!.

El combate empezó, los choques entre ambas espadas, los golpes en la cabeza, brazos, piernas o pecho, pese al dolor de esos golpes, ambos sonríen entre cada ataque, sin duda están disfrutando ese combate. Al cabo de media hora, ambos caen exhaustos, mirándose con una sonrisa entre sus respiraciones agitadas, un bello momento sin duda.

Pero ese hermoso instante es interrumpido cuando una lanza color cian impacta entre ambos, tal lanza provenía de Sir Galahad, el hijo del caballero definitivo Sir Lancelot, su visor deja ver sus dientes totalmente apretados, siendo una mueca de frustración.

-¿Cómo os atrevéis...?- empezó a levitar mientras varias lanzas cian aparecen detrás de él en forma de círculo, como si se tratara de un tipo de divinidad- a perturbar con su mugrosa presencia a mi prometida...- las lanzas apuntaron hacía el cobalto.

-¿Otra vez estáis con eso, Sir Galahad?- pregunto molesta la gata, el plateado le había propuesto hasta el cansancio el que fuera su prometida.

-¡Es un honor, señor!- dijo el cerúleo haciendo una reverencia, pasar el tiempo con la gata le permitió conocer a cada uno de los caballeros de la mesa redonda, siendo el caballero azabache, Sir Lancelot, el caballero mas genial, según el cobalto, después de la gata. Era un honor conocer al hijo del caballero definitivo.

-lamédme las botas luego, ahora os alejaréis de mi prometida, ella es solo mía...- apuntó su espada al cobalto.

-Lo siento, señor, pero Percy- dijo el apodo de cariño de la gata, provocando que esta tuviera un leve sonrojo- es más fuerte que usted y yo juntos, creo que esta en todo su derecho de elegir con quien hablar y convivir, usted no es nadie para decidir sobre ella...

-Sir Sonic...- tomó su pecho, esas nobles palabras hicieron que el corazón de la felina se acelerara y un calor surgiera en su pecho.

Grave error, esas palabras tan atrevidas del cobalto hicieron que la sangre del caballero de plata ardiera.

Repentinamente, la gata es apartada del cobalto, ambos erizos son rodeados por unas gigantescas lanzas color cian. El caballero plateado apuntó su espada hacía el cobalto, su poder hizo levitar las armas de entrenamiento del lugar y apuntaron a este.

-¡Preparaos para vuestra perdición! ¡pueblerino!- exclamó con fuerza, al instante, salió disparado hacía el cobalto.

El combate estuvo lleno de dificultades para el erizo, solo tenía esa espada de madera para defenderse y a pesar de ello, lograba asestar varios golpes al plateado, haciendo que este se frustrara más. Mientras los erizos peleaban, la felina golpeaba y cortaba las lanzas mágicas para ayudar al cobalto, conocía el poder del caballero plateado. Pasados los minutos, el plateado se hartó y agarró la armadura del cobalto con su telekinesis, lo estampo al suelo y apuntó todas las armas presentes a él, antes de que el plateado lo atravesará, el cobalto de alguna forma pudo liberarse de la telekinesis quitándose la armadura, al ver las distintas armas y objetos flotando, este empezó a avanzar rápidamente por estos, hasta dar con el plateado.

One-shots (sonaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora