𝓥𝓪𝓵𝓸𝓻 🔞

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En una tienda de ropa, un erizo de vestimenta simple (por no decir que callejera, siendo un buzo gris, un pantalón de sudadera, unas sandalias y una gorra de invierno roja) esperaba fuera de uno de los vestíbulos.

–¿Q-Qué te parece?- una felina morada salió del vestíbulo, portando un vestido fucsia con un estilo de brillantina en todo este, llegando a cubrir hasta sus muslos y con la espalda descubierta.

-te ves radiante- dijo de forma serena, se levantó y puso sus manos en sus bolsillos- bueno, vámonos, Scourge te está esperando...

Mientras salían de la tienda, el erizo notaba como varios hombres los miraban con cierto disgusto, ¿Como es que un aparente drogadicto estaba saliendo con tremenda belleza?

Ingresaron a un lujoso auto, el cobalto empezó a conducir, al sentir cierto silencio incómodo y junto a la mirada pérdida de la gata, rompió el hielo.

-¿Y cómo te ha ido?- no despegaba la vista del camino.

-bien, supongo... dentro de uno días será la siguiente pasarela... Y a pesar de que llevo haciendo esto durante cinco años, sigo poniéndome nerviosa...- la gata era una reconocida modelo.

-pues lo harás genial, esos cinco años consecutivos no son cualquier cosa...

-supongo... aunque creo que he ganado por mis... Posaderas...

-no creo, cuentas con una belleza maravillosa junto a unos lindos ojos...- rara vez se guardaba algo, si pensaba algo, lo decía.

-g-gracias... Sonic...- miró por la ventana con un sonrojo, ni su pareja era tan cariñoso.

-¿Y cómo van tus pinturas?- Aparte de la carrera de modelaje, la gata tenía el pasatiempo de hacer varias pinturas, siendo los retratos de paisajes su especialidad.

-Oh, muy bien... Ya pude darle vida a nuestra ciudad... gracias por tu consejo, el azul es realmente útil para darle profundidad al mar y las ventanas...

-Je, te lo dice alguien que es experto en la teoría del color...- el erizo le gustaba realizar grafitis, llenos de ficción y color.

Pasados los minutos, llegaron a una lujosa mansión, un erizo verde los esperaba fuera, se notaba enojado por la tardanza de la gata.

-Hasta que llegas, mas vale que ese vestido te quede bien...- rodeó los hombros de la gata con un brazo y miró al cobalto- oh, mis muchachos ya tienen tu pago... largo.

El cobalto se fue junto a uno de los guardaespaldas del verdoso, mientras que con este y la morada, se prepararon para una fiesta.

Ya allí, la felina llevaba ese mismo vestido, llevándose las miradas de todos los presentes, el verdoso sonrió orgulloso mientras sujetaba la retaguardia de la gata.

-nena, ¿Por qué no vas y nos consigues unos tragos a mí y a mis amigos?- la gata entrecerró los ojos y se fue- ¿No es un bombón mi chica?- le dijo a sus amigos.

-Je, claro amigo... ¿Cuánto por la hora?

-ja, ni que fuera idiota... ¿Cuánto está dispuesto a pagar?- no sentía nada importante por la gata.

-Wow... ¿enserio?- dijo otro de sus amigos, se notaba algo indignado- ¿Entonces para que la tiene de novia?

-pues, me da estatus, me trae dinero con cada uno de los contratos de las revistas que acepta y me hace caso sin protestar...- se acercó a los demás- les digo algo, es horrible en la cama... Pero nada más que una belleza roja no arregle...

-¿En serio estás saliendo con Fionna?- esa zorro era una bailarina exótica.

-Je, me atrapaste...- levantó sus manos en señal de rendición, la felina llegó con las bebidas- gracias, muñeca...

One-shots (sonaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora