—A primera hora de mañana entregas esta carpeta a Sebastian por favor.-digo a mi secretaria.
Termino de firmar unos documentos y los dejo en su mesa.
Sebastian Stan es mi abogado y mi mejor amigo desde la secundaria, todos mis asuntos legales y de la empresa están en sus manos.
De vuelta a mi oficina voy hacia el mini bar que hay en la pared del lado izquierdo, tomo un vaso y sirvo un poco de whisky.
Estoy absorto en mis pensamientos sobre lo que pasó en la mañana en el gimnasio cuando escucho vibrar mi celular, una notificación de Instagram
"Hannah Prescott ha comenzado a seguirte."
Como si el universo supiera lo que pienso aparece en mi celular el nombre de la mujer que no he podido sacar de mi cabeza desde la primera vez que la vi, el sábado en la fiesta de los Affleck.
Entro a su perfil y lo ojeo un poco, muchas fotos de ella modelando para diferentes marcas, su bonito rostro, sus viajes, las miro varias casi todas hasta que llego a una foto que se roba mi atención
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PrescottHannah "indomable como el mar"
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Admiro su cuerpo, es pequeña y delgada pero tiene un bonito trasero grande y redondo.
Ahí va otra vez, otra erección.
Parezco un adolescente hormonal teniendo erecciones cada dos por tres cada vez que la recuerdo. Mi mente traicionera no deja de imaginar su pequeño cuerpo bajo el mío retorciéndose de placer.
Esto tiene que parar, está mal. Es niña podría ser mi hija.
Pero no lo es, dice mi subconsciente.
Bloqueo rápidamente el celular cuando escucho la puerta abrirse.
—Disculpe sr. Henry, toqué varias veces pero no escuchó -dice Greta, mi secretaria.
—Tranquila Greta, adelante -digo acomodandome el pantalón tratando de ocultar mi erección.
—Solo quería preguntarle si necesitaba algo más, ya casi me retiro.
—No, no te preocupes. Nos vemos mañana.
Se despide y sale de la oficina, bebo el liquido que queda en mi vaso y tomo mis cosas para irme a casa, es tarde y Natalia debe estar esperándome.
Me coloco el saco y bajo al estacionamiento, subo a mi McLaren 720S blanco y tomo la autopista camino a casa.
...
—Buenas noches cariño.
Al llegar a casa Natalia está en el comedor, me acerco hasta ella y la saludo con un beso en la boca.
—Hola, ¿Dónde habías estado? Es un poco tarde ya -pregunta, se que está molesta.
No tengo ganas de discutir así que ignoro la forma en que hace la pregunta. Últimamente no estamos en el mejor momento de nuestro matrimonio, todo ha sido peleas y más peleas.
—En la oficina, terminando de firmar unos documentos para el nuevo proyecto. -explico.
—Te creo mi amor, le pedí a Gloria que prepare tu comida favorita -dice, sé que también se esfuerza por tratar de mejorar la situación entre nosotros.
—Gracias cariño, gracias Gloria -digo, agradeciendo cuando está última cuando se acerca a nosotros con dos platos con lasagna.
Cenamos tranquilamente conversando sobre nuestro día. Al terminar ayudo a Gloria a recoger la mesa.
...
Natalia está viendo su celular cuando me meto a la cama después de ducharme. Llevo rato acostado pero no logro conciliar el sueño. Sigo pensando en ella, con los ojos cerrados imagino mi lengua recorriendo todo su cuerpo y mi miembro comienza a despertar.
Bajo las sábanas mi mano busca a Natalia, quien responde acercándose a mi, me pego a su cuerpo y subo su vestido, no lleva ropa interior lo que hace que sea más fácil meter la mano entre sus piernas, que abre dándome paso.
Deja su celular a un lado, su boca busca desesperada la mia y me besa con pasión.
En menos de un segundo estoy encima de ella, muerdo ligeramente su labio inferior y gruñe.
Saco su vestido de dormir por encima de su cabeza, doy pequeñas mordidas a su cuello. Bajo a sus senos dejando pequeños besos en el camino.
Rodeo con mi lengua uno de sus pezones erectos mientras mi mano vuelve a su centro, separo sus pliegues e introduzco un dedo. Me excita aún más su humedad.
Introduzco otro dedo y lentamente entro y salgo de ella, le dedico unos segundos a lamer su otro seno. Después de poco tiempo la siento arquear su espalda y se viene en mi mano.
Sin dejar de tocarla quito mis boxers y los lanzo al suelo. Coloco la punta de mi pene en su entrada y lo introduzco abriéndome paso lentamente, ella gime y aprieta mis brazos.
La habitación está completamente a oscuras, cierro los ojos y viene Hannah a mi mente. Escucho los gemidos de mi mujer como si fuesen los de ella. Eso me prende aún más y aumento el ritmo de mis estocadas entrando aún más en ella.
Imagino su rostro, su boca ligeramente abierta y como muerde sus labios.
—Henry me lastimas.
Despierto de mi trance cuando escucho la voz de Natalia. Sin darme cuenta había llevado mi mano a su cuello y estaba penetrandola más fuerte, a ella no le gusta así, es más de hacer el amor que de follar.
—¿Que te pasa? Sabes que no me gusta que me hagas el amor así. -dice molesta.
—Perdón, me dejé llevar. -me disculpo.
Me aparta, se levanta y se va al baño.
Me acuesto en mi lado de la cama viendo hacia la nada. No sé qué me pasa, tengo que sacar a esa niña de mi mente como sea o me traerá muchos problemas.
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¿Creen que Henry logrará dejar de pensar en Hannah?
