DOCE.

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HENRY

Me despierto envuelto entre las sábanas, estoy agotado, hace años no tenía tanto sexo en una sola noche.

Con Natalia desde hace unos años para acá solo tenemos sexo una vez a la semana, dos si tengo suerte y nada de sexo salvaje, solo hacer el amor

Lo de anoche fue todo lo contrario, una noche cargada de lujuria, pasión, sexo puro y duro.

La luz matutina ilumina la habitación a traves de los ventanales, cuando abro los ojos caigo en cuenta de que estoy solo.

¿Dónde estará esta mujer?

Me desperezo y me levanto con una sábana enrollada alrededor de mi cintura, salgo a buscarla y no la veo por ningún lado, busco en las habitaciones, en el baño de huéspedes y tampoco está, ni ella ni su ropa, solo encuentro una nota en la encimera de la cocina.

"Gracias por el sexo. La pasé delicioso, espero que se repita pronto.
Besos, H."

Se fue sin decir nada.

Usualmente soy yo quien las bota de aquí después de tener lo que quiero, pero está vez ni siquiera me di cuenta de cuando salió.

Arrugó el papel y lo tiro a la basura.

Me doy una ducha tratando de borrar su olor y todo rastro de ella que quede en mi, me lavo los dientes, me visto, tomo las llaves del auto y bajo al estacionamiento.

Enciendo el celular al subir al auto y tengo 15 llamadas perdidas de Natalia, las ignoro porque ya sé que debe estar echa una furia y llamo a la señora de limpieza para que asee el penthouse.

Después de colgar marco el número Sebastian

-¿A qué se debe el honor de recibir tu llamada tan temprano un domingo? -contesta.

-¿Natalia te ha llamado? -pregunto ignorando su sarcasmo.

-No, ¿Por qué?

-Si te llama vas a decir que estuve contigo toda la noche, ¿Ok?

-Primero dime, ¿dónde estabas y por qué tengo que mentir?

-Después te cuento, hablamos mañana. -cuelgo y elimino la llamada.

...

Después de 35 minutos estoy en la entrada de mi casa, espero a que abran el portón y estacionó el auto.

Al entrar lo primero que me encuentro es lo que quería evitar, Natalia en la mesa de comedor tomando desayuno y leyendo un periódico.

-¿Estas son horas de llegar? -pregunta sin apartar la vista del periódico que lee.

-Buenos días. -la ignoro- buen día Gloria, tráeme una taza de café por favor.

-¿Le sirvo desayuno también señor Henry? -pregunta.

-Solo un poco de pan y jamón.

-¿Dónde carajos estabas? -pregunta Natalia.

-No comiences con a gritar que me duele la cabeza. -levanto la mano para que se calle.

-Responde lo que te acabo de preguntar -deja el periódico a un lado y me mira furiosa.

-Estaba con Sebastian -llega Gloria con el café y el desayuno así que no doy más explicaciones.

Deseo Insaciable || Henry CavillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora