TRES.

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Lunes por la mañana, después de la resaca monumental de ayer Maya y yo hemos venido a entrenar un poco para terminar de drenar el alcohol de nuestros cuerpos.

Terminamos luego de una hora de hacer ejercicios, estoy agotada, no venir al gimnasio seguido me está pasando factura.

Me doy una ducha rápida para quitarme el sudor y me encuentro con Maya en la salida, estamos conversando mientras esperamos al chófer de mi padre cuando escucho mi nombre.

-Hannah...

Es Thomas detrás de mi, lo que me faltaba.

-¿Que quieres? ¿Que haces aquí? -digo de manera hostil.

-Quiero hablar contigo, ¿Por qué no contestas mis mensajes? -pregunta.

-¿Es que no entiendes que no quiero hablar contigo? ¡No quiero saber nada de ti! -digo bastante molesta.

-Por favor déjame explicarte lo que pasó. -intenta tomarme la mano pero yo la quito rápidamente.

-¿Qué me vas a explicar? ¿Cómo te cogiste a mi mejor amiga estando yo estúpidamente enamorada de ti? -subo el tono de la voz, ya me estoy alterando.

Hace casi un año atrás descubrí de la peor manera que mi novio del que estaba tan enamorada, por el que daba la vida se acostaba con Melisa, la que fue una de mis mejores amigas desde la infancia hasta ese día.

Ese era el día del cumpleaños de Thomas, yo había estado de viaje a París por la semana de la moda y quise llegar a sorprenderlo, pero la sorprendida fui yo cuando al entrar a su departamento estaban follandose a mi mejor amiga en la sala.

Claramente no esperaban mi llegada y por su puesto yo no esperaba encontrarme con esa escena, no tenía palabras, mi mundo se detuvo y fue como si el suelo se derrumbara bajo mis pies, creo que una puñalada me habría dolido menos.

Estuve realmente mal durante varios meses, en un nivel de depresión dónde ni siquiera quería comer, dejé a un lado mi carrera como modelo y solo quería morir. Poco a poco fui sanando, un día todo pasó, y lo que sentía por Thomas se esfumó. Ya no quería tenerlo en mi vida nunca más.

-Por favor déjame hablar, vamos por un café para hablar a solas -dice y veo como Maya rueda los ojos.

-Dejala tranquila -le dice Maya pero este la ignora.

-No quiero hablar contigo, ¡déjame en paz! -mi molestia aumenta cada segundo.

-Vamos que quiero que hablemos -dice y me toma fuerte del brazo.

-Te dije que no, ¡¿Acaso no lo entiendes?! -grito.

-Te dije que quiero hablar contigo Hannah, no quiero repetirlo.

Camina llevándome con él, siento sus dedos apretando fuerte mi brazo, trato de soltarme pero el es más fuerte. Maya viene detrás de nosotros gritandole que me suelte

-Me parece que dijo que no quiere ir contigo, ¿O es que acaso no lo escuchaste? -la voz de Henry me sorprende y Thomas suelta mi brazo.

-¿Y éste quien es? -gruñe.

-Largate si no quieres que llame a seguridad -amenaza Henry.

Thomas le lanza una mirada fulminante y se va diciendo que no me dejará tranquila hasta que le permita hablar conmigo. Estoy muy apenada, las palabras salen veloces de mi boca y explico que es mi ex casi en modo de disculpas, quisiera que me tragara la tierra ahora mismo.

-¿Estás bien? -dice Henry acariciando mi brazo en la parte donde Thomas me lastimó.

Su tacto es cálido, sus manos son grandes y suaves. Las imagino recorriendo cada rincón de mi cuerpo y me estremezco.

-Si, gracias. Si no hubiese aparecido Thomas no me fuese dejado tranquila -digo apenada.

-Menos mal llegó en el momento justo señor Henry, yo no hubiese podido detenerlo -dice Maya enredando su brazo con el mío

-Afortunadamente fue asi.

Se ofrece a llevarnos a casa pero ya nuestro chófer está parado frente a nosotros para recogernos así que amablemente rechazamos su oferta y este desaparece tras las puertas del gimnasio luego de despedirse.

Subimos al auto, dejamos a Maya en su casa quien se despide de mi con dos besos y luego el chófer me lleva a la mía.

...

Termino de preparar la tina para darme un baño, necesito relajarme después de lo que pasó en el gimnasio con el idiota de mi ex.

Me despojo de toda mi ropa, suelto mi cabello y entro a la tina.

Me cuerpo está completamente sumergido, suena Earnet It de The weekend en el reproductor de mi celular, cierro los ojos y comienzan a llegar imágenes de Henry a mi mente.

Siento sus fríos ojos azules mirándome fijamente, sus manos en mi cintura como la noche de la fiesta, siento sus tibias manos acariciando mi brazo como lo hizo en la tarde. Estoy caliente, mi vagina lo reclama.

Inconscientemente mis manos se posan en mis pechos, los aprieto un poco y juego con mis pezones que están duros como una roca.

Mi mano derecha viaja rumbo al sur, por mi abdomen y mi monte de Venus hasta llegar a mis pliegues. Los acaricio por encima y los abro un poco, siento mi clítoris sensible, ansioso por un poco atención.

Los dedos de Henry son los que imagino que me tocan, introduzco un dedo y un gemido escapa de mi boca, dos dedos, tres... Tengo que morder mis labios para evitar gemir fuerte.

Entran y salen de mi rápidamente mis dedos, después de unos cuantos segundos siento mi orgasmo cerca, cierro las piernas tratando de detener lo inevitable pero me es imposible, estallo y me corro gimiendo su nombre.

Dios, me acabo de correr pensando en un hombre casado, eso esta mal pero que bien se sintió. Lo volvería a hacer mil veces.

Deseo Insaciable || Henry CavillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora