-Dejame en paz -grito frustrada lanzando el celular contra la cama.
Desde el desagradable encuentro con Thomas no han parado de llegar sus mensajes, los cuales he ignorado todos.
No dejaré que me afecte, suficiente hice con dejar de salir toda la semana nada más para no encontrarmelo.
Bajo corriendo a la cocina a buscar un tarro de helado y me devuelvo a mi habitación, cuando me dispongo a comerlo suena mi celular. Resoplo, seguramente es Thomas.
Lo saco de dónde quedó enterrado cuando lo lancé contra la cama y veo el nombre de Maya
-¿Hola? -contesto.
-Holaaa, ¿Que estás haciendo? -habla en un tono alegre.
-Estoy a punto de comerme un tarro de helado ¿Y tú? -digo llevándome la primera cucharada de helado de vainilla a la boca.
-¿Quieres venir a mi casa? Estoy sola y aburrida -no la veo pero se que está haciendo pucheros.
-Si ¿pero que haremos? -meto otra cucharada de lado a mi boca y la limpio con los labios al sacarla.
-No lo sé, aburrirnos juntas -rie.
-Oh, ¡que divertido! -rio- Ya salgo para allá.
-Trae traje de baño -dice antes de colgar.
Cambio mi pijama por un outfit casual, una camisa oversize blanca, shorts de jean y mis zapatillas converse, es domingo y tengo 0 ganas de arreglarme tanto.
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Busco en mi armario un traje de baño decente, todos los que tengo dejan muy poco a la imaginación, nada apropiado para ponerme en la casa de mi mejor amiga dónde también estarán sus padres seguramente.
Salgo de mi habitación después de guardar en la cartera mi celular, dinero y las llaves de mi auto.
Bajo hasta el estacionamiento encontrandome en la sala a Mary, mi nana.
-Niña Hannah ¿No va a almorzar en casa? -dice cuando me ve pasar.
-No Mary, dile a mi papá que estaré en casa de Maya por favor -digo sin detenerme.
-Esta bien, vaya con cuidado. -la escucho decir a lo lejos.
Mary ha trabajado en nuestra casa desde hace muchos años, una señora muy dulce y encantadora, me ha cuidado desde el día en que nací, siempre fue muy cercana a mi madre y desde el día en que ella partió ha sido quien me ha dado todo el amor que mi madre no pudo darme.
...
Meto las llaves en el contacto y enciendo el motor de mi audi R8 spyder, fue el regalo de mi papá por mis 23 años y lo amé desde el primer momento.
