CUARENTA Y CUATRO.

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¿La prometida de Burak?

¿Acaso escuché mal?

Mi corazón late acelerado, sus palabras me caen como un balde de agua fría y mis pies parecen haberse convertido en dos grandes bloques de concreto que me impiden moverme.

—¿Que? -me mira con una ceja arqueada- ¿Acaso no lo sabías?

—Pues fíjate que no, no lo sabía. -respondo aún sin creerme que esto esté sucediendo.

—Estamos comprometidos hace casi un año. -mantiene la calma, pero dentro de mi la rabia y la decepción crecen rápidamente.

—No has de ser tan importante para él porque jamás te ha nombrado y tampoco le importada si nos ven juntos.

Nunca se me hubiese ocurrido ni siquiera pensar que Burak me ocultaría algo así, ni siquiera podria haberlo sospechado, es que no había ningún indicio, me llevó a su casa, iba a Los Ángeles o a cualquier lugar que le pidiera y pasaba días conmigo, no se escondía cuando estábamos en público, al contrario se mostraba orgulloso de estar conmigo.

Un millón de sentimientos me abruman en este momento pero me mantengo con la frente en alto, con mi actitud de superioridad y la soberbia que me caracteriza, jamás dejo que nadie sepa cuan afectada estoy y hoy no va a ser la excepción.

—Nos vamos a casar muy pronto -se acerca desafiante- así que mantente lejos de Burak si no quieres acabar con tu carrera, porque yo misma me voy a encargar de hundirte. -me amenaza acercándose a mi cara.

—¿Quien te crees para venir a amenazarme? -no me doblego, alzo el mentón y pregunto- y además, es a él a quien tienes que decírselo, él es quien te debe respeto, no yo. -me río con ironía en su cara y puedo ver como su enojo incrementa cuando.

—¡No es quien me creo, es quien soy! -alza la voz- soy su prometida y estamos esperando un hijo así que te exijo que lo dejes en paz.

«Un hijo»

Ya esto es demasiado para mí.

—Tranquila, yo lo voy a "dejar en paz" -dibujo las comillas en el aire- lo difícil es que tú prometido deje de buscarme a mi.

—¡Maldita perra! -la ira tiñe de rojo su cara, se abalanza sobre mi y me arroja encima el primer trago que consigue mojando todo mi pecho y vestido.

La chica que la acompaña se mete en medio de las dos intentando calmarla y Patrick que acaba de llegar me atrapa a mi cuando me le voy encima queriendo golpearla pero solo logro darle una cachetada, a mi nadie me ofende y mucho menos una arrastrada como ella

—¡Cálmate! ¿Que te pasa? -me sacude mi manager pero no le presto atención- estás haciendo un espectáculo.

Por suerte pocas personas se dieron cuenta de lo que pasó a excepción de una mujer que tomó algunas fotos y el bartender que entregaba una copa en ese preciso momento.

—¡Estúpida! -grito entre los brazos de Patrick que me retiene para que no me vaya en contra de ella otra vez - Que poquita cosa tienes que ser para venir a reclamarme a mi, que ni siquiera sabía de tu existencia por un hombre al que le importas menos que nada.

—¡Hey, basta! -Patrick me toma la cara entre las manos para que lo mire- cálmate Hannah, ¿Que te pasa?

Lo aparto de mala gana y no digo nada más ni doy explicaciones, solo me doy la vuelta y ella se queda estática en el mismo lugar con la mano en la mejilla que le abofetee y su acompañante la sostiene para que no venga tras de mi.

No podría describir el nivel de rabia que siento en este momento, me siento humillada, avergonzada y lo peor, traicionada por una persona en la que confíe ciegamente.

Deseo Insaciable || Henry CavillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora