SESENTA Y SEIS.

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Seis meses después...

Los preparativos de la boda van viento en popa, cada día que pasa nos acerca más al gran día, ya estamos a solo un mes, y aunque algunos puedan pensar que es algo apresurado, hemos decidido adelantarla.

Justo ahora me encuentro con Hannah y la pequeña Alizia rumbo al atelier de Vera Wang, hoy es la penúltima prueba de mi vestido y ya estoy ansiosa por ver el resultado.

Dejamos el auto en un estacionamiento cercano y caminamos por las calles adoquinadas del centro de la ciudad, el aire fresco de la tarde nos da en la cara y aunque debería estar llena de alegría sentía un nudo en el estómago, por el contrario Maya parece desbordar de un entusiasmo que no me contagia.

-¡No puedo creer que falte tan poco para tu boda! -exclama mientras sostiene a Alizia entre sus brazos y yo asiento tratando de mostrar alegría.

-Si, es increíble que todo esté sucediendo tan rápido. -finjo una sonrisa.

-Yo quiero ver tu vestido tía Hannah. -Maya habla como si fuese Alizia quien lo hiciera- parecerás una princesa igual que yo.

Acomodo la pequeña corona en su melena castaña y me regala una sonrisa que me ilumina el corazón.

Cuando llegamos al lujoso atelier el sonido de la campanilla anuncia nuestro ingreso y es la misma Vera quien viene a recibirnos, la mujer de rasgos asiáticos me saluda con dos besos en la mejilla y de la misma forma a mi mejor amiga quien ha sido la que me ha acompañado en todo este proceso.

-¡Hannah, querida! Has llegado justo a tiempo y en muy buena compañía -le sonríe a Alizia que sostiene una galleta en su manita- tu vestido está casi listo.

Camina adentrándose a su taller de confección y hace una seña para que la sigamos, al pasar la puerta lo primero que nos encontramos es con el enorme vestido puesto en el maniquí, fascinada admiro la tela, el efecto que le da el encaje y los cientos de cristales que brillan bajo la luz de las lámparas.

-Pruebatelo, solo faltan algunos detalles.

Me quito todo en el probador quedando solo con la ropa interior y con la ayuda de Vera me deslizo dentro del vestido.

Me doy la vuelta para quedar frente al espejo y poder observar mi reflejo, mi apariencia es radiante pero sin embargo la alegría que debería sentir no estaba.

Pase las manos por el escote bordado de piedras brillantes y no pude evitar pensar en Henry y preguntarme si realmente estoy haciendo lo correcto al casarme con Burak.

-¡Estás preciosa! -exclama maya- el vestido es perfecto.

-Gracias... -respondo con una sonrisa tratando de ocultar mis dudas.

La diseñadora ajusta unos últimos detalles en el dobladillo bajo nuestra atenta mirada.

-¿Cómo te sientes? -pregunta- ¿Te gusta?

Tomo aire y finjo una sonrisa.

-Estoy contenta, es todo lo que siempre he soñado.

Mientras Maya y Vera se alejan para mirar los velos yo sigo mirándome al espejo, buscando en mi misma alguna señal de certeza. Sé que debo estar feliz, que este es el futuro que elegí pero mi corazón se resiste a dejar atrás esos momentos intensos llenos de emoción y lujuria que Henry me ofrecía.

-No puedo esperar verte caminar hacia el altar. -Maya me abraza por detrás sacándome de mis pensamientos.

Asiento sintiendo una punzada de dolor en el corazón.

Cada paso que doy hacia mi boda me lleva cada vez más lejos de lo que realmente quiero, de Henry.

Me quito el vestido y vuelvo a colocarme mi ropa.

Deseo Insaciable || Henry CavillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora