Me encuentro encerrada en una habitación en penumbras, no hay nadie y aún así me siento observada.
Una sombra acecha en la oscuridad, mi corazón late desbocado y tiemblo cada vez que la siento más y más cerca.
Tengo miedo.
Mis manos y pies atados a una silla en medio de la sala me impiden moverme.
Quiero escapar.
Miro a mi alrededor buscando una salida pero no la hay, solo paredes que me encierran con el depredador.
Grito pidiendo auxilio, grito casi desgarrando mis cuerdas vocales hasta que un tirón en mi cabello me hace callar.
-Grita todo lo que quieras, aquí nadie te va a escuchar. -su carcajada me hela la sangre.
Intento descifrar quién es pero no logro ver su rostro.
Se aleja de mi con las manos atrás en la parte bajo de su espalda, se da la vuelta y camina de nuevo a mi puesto.
-Me has decepcionado mi rubí.
Thomas.
Su rostro se esclarece cuando reconozco su voz, ya sus ojos no son claros, ahora son negro y terroríficos, un miedo indescriptible se apodera de mi.
Grito y vuelvo a reír.
Forcejeo tratando de soltar las cuerdas que me atan y solo consigo sangrar en el intento.
-No pierdas tiempo pidiendo ayuda, nadie va a venir por ti. -rodea la silla oliendo mi cabello.
-No me toques -intento alejarme- suéltame.
-Ahora eres solo mía, mi preciado rubí -me besa la mejilla.
-Nunca voy a ser tuya -grito- déjame ir.
-Lo eres, estoy harto de compartirte.
-Estas enfermo Thomas, déjame ir. -me duele la garganta de tanto gritar.
-¿Para qué? ¿Quién te espera? -pregunta a centímetros de mi cara- No le importas a nadie Hannah, de uno solo eres la amante, la que le quita la calentura y del otro una simple distracción -se burla- en cambio para mí lo eres todo. Eres mía. -pasa la lengua por mi mejilla.
Las lágrimas brotan de mis ojos al escuchar sus palabras.
-Sueltame -pido entre llanto- no soy tuya y nunca lo voy a ser.
-Lo eres. -asegura.
-No lo soy, déjame ir -grito y pataleo.
Limpia mis lágrimas con la fría hoja de un puñal.
-No llores preciosa, ahora al fin seremos felices. -lame las lágrimas que acaba de limpiar.
-Thomas por favor déjame ir. -suplico.
-¿Acaso no quieres estar conmigo? -niego entre lágrimas- si tú eres mía y yo soy tuyo.
-No soy tuya. -mis palabras lo hacen enojar aun más.
-Pues si no eres mía, no vas a ser de nadie más. -una sonrisa macabra se dibuja en su rostro.
El puñal que sostiene viaja a mi abdomen, siento una punzada, bajo la mirada y solo veo la sangre emanar de mi cuerpo. El dolor es indescriptible, me duele respirar y siento como mi vida se apaga...
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Deseo Insaciable || Henry Cavill
FanfictionPorque lo prohibido siempre es lo más tentador.