HENRY
Volvemos en la mañana al hotel después de pasar el resto de la noche en el yate, follando en todos los lugares posibles.
Apenas dormimos un par de horas cuando el amanecer comenzó a verse en el cielo y ya estábamos demasiado agotados.
Subimos al elevador y al cerrarse las puertas la arrincono contra la pared, atrapo sus labios entre los míos, saboreandolos sin querer despegarme.
Meto una mano por debajo de su vestido directo a su entrepierna húmeda y jugosa, siempre tan preparada para recibirme.
Gime en mi boca cuando trazo círculos en su clítoris y muerdo sus labios, mi verga está dura, como de piedra, con ganas de follarla de nuevo como si no hubiesen bastado todos los polvos de anoche.
Las puertas del elevador se abren y con prisa atravieso el pasillo buscando la puerta de la habitación, abro y cierro de un puntapié quitándome la camisa.
-Desnudate. -ordeno.
Obedece sin chistar, lanza los tacones a un lado y se quita el vestido por encima de la cabeza dejando expuestas sus hermosas tetas que no me canso de chupar.
Viene a mi y me besa con la misma ferocidad que suelo hacerlo yo, ya me conoce y se ha adaptado a mi forma de follar, es que el morbo que me produce hace que mi instinto animal salga a flote.
Enrollo su cabello en mi mano y halo dejando su cuello libre para poder besarlo, su pecho sube y baja rápidamente, tiene la respiración acelerada y me fascina tener ese efecto en ella.
Estrujo sus nalgas y las palmeo, me encanta como su piel blanca se torna roja bajo mis palmadas, desabrocha mi pantalón y lo deja caer al suelo junto con los boxers.
-Subete a la cama. -ordeno.
Lo hace y sin tener que pedirselo se pone a cuatro patas, separa las piernas y pega el pecho de la cama dándome una vista fabulosa de su coño enrojecido, a pesar de todo el maltrato que le dí a lo largo de la noche follandola como una bestia sigue dispuesta a darme lo que le pido.
Le doy un par de nalgadas y jadea, con la mirada pide que vuelva a follarla y le doy lo que quiere.
Rozo la punta de mi miembro empapandome de su humedad y la penetro de una vez por todas.
No me canso de la sensación de estar dentro de ella, ver cómo entreabre los labios y arquea su espalda presa del placer es extasiante, sus gemidos son el más exquisito sonido.
-Mas duro. -pide.
Enrollo su cabello en mi mano y tiro de el, embistiendola como un salvaje, ella grita mordiendo la almohada, en esta posición la lleno aún más, tan profundo que su coño roza mi pelvis untandolo de sus fluidos.
Entro y salgo repetidamente con fuerza, llevo una mano a su coño, acaricio sus pliegues y clítoris, tiembla ante mis caricias y yo disfruto de ello.
Su canal se contrae palpitante avisando que el orgasmo se avecina, no hace falta mucho esfuerzo para hacerla venir, se corre en mi miembro bañandolo de sus jugos y no dejo de embestirla hasta alcanzar yo también el orgasmo.
Salgo de ella y me corro en sus nalgas, untandolas con mi orgasmo, marcando lo que ya es mío desde el primer día que la follé y ahora lo será para siempre.
No importa con quién esté ni a quien le pertenezca, yo soy el único dueño de su cuerpo, el único que logra que enloquezca de placer con unas cuantas caricias.
...
Luego de dormir un par de horas más despierto y Hannah sigue durmiendo sobre mi pecho, sus labios están entreabiertos y solo una fina sábana blanca cubre su cuerpo desnudo.
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Deseo Insaciable || Henry Cavill
FanfictionPorque lo prohibido siempre es lo más tentador.