CATORCE.

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BURAK.

Admiro la vista de New York que ofrece mi oficina, una panorámica perfecta.

Disfruto del té de la mañana absorto en mis pensamientos cuando suena el teléfono.

—Buenos días señor Burak, tiene una llamada de su padre en la línea -dice mi secretaria.

—Buen día, pásame la llamada.

—Hola hijo, ¿Como estás? Buenos días. -habla mi padre del otro lado de la linda.

—Baba, buenos días, ¿A qué debo el honor? -me recuesto de la silla, esperando oír con que saldrá ahora.

«Baba: Papá en turco»

—Te llamo para informarte que en la tarde iremos al aeropuerto a recoger a los Yalçin, tu prometida está en camino a la ciudad.

—¿Otra vez con eso? Te dije que no me casaré con una mujer que yo no elegí -me pellizco el puente de la nariz exasperado.

—Este matrimonio no es negociable Burak, ya está hablado. Te recogeré a las 4 en tu oficina y de allí iremos al aeropuerto. -dice y cuelga.

Desde hace dos años mi padre arreglaron mi matrimonio con Aynur, la hija menor de Mehmmet Yalçin uno de los hombres más adinerados de Estambul y toda Turquía.

Me he negado a casarme con ella desde el primer momento, es una mujer hermosa pero no quiero compartir el resto de mi vida con alguien que yo no haya elegido, con una mujer a la que no ame y seamos infelices los dos.

Aunque llevar a cabo el matrimonio nos posicionaria como una de las familias más poderosas de Turquía, ahora solo hay una mujer que ocupa mis pensamientos y es la que quiero llevar al altar, Hannah Prescott.

...

A las 4 de la tarde recibo una llamada de mi secretaria informando que mi padre me espera en la recepción.

Recojo de mala gana el saco que me pongo mientras el ascensor desciende, al llegar a la primera planta está en una llamada que cuelga al verme.

—Benim sevgili oğlum - se acerca a mí con los brazos abiertos

«Benim sevgili oğlum: mi querido hijo»

Kerem Mansour, un hombre de tez morena, ojos negros, barba blanca y 1.75 de estatura, con 65 años es uno de los inmigrantes más adinerados de Norteamérica.

—Baba -respondo en nuestro idioma natal. Nací en Estambul, Turquía y aunque me mudé a Estados Unidos a los 5 años hablo perfectamente el idioma.

Nos abrazamos, salimos por las puertas de cristal que adornan la fachada de mi edificio administrativo y subimos al auto.

—Acabo de comunicarme con los Yalçin, ya están por aterrizar. -me informa, lo que solo me hace molestar más.

Luego de 45 minutos llegamos al aeropuerto privado a las afueras de la ciudad, al pasar unos 15 minutos más el jet privado de los Yalçin aterriza en la pista frente a nosotros.

Mehmmet, su esposa Latifah y sus dos hijas Aynur y Nuray bajan escoltados de dos hombres vestidos con trajes negros, mi padre se acerca a saludar y yo mantengo la distancia en mi posición, la verdad no me interesa ser amable con ellos.

—Burak, que gusto verte -me saluda Mehmmet.

—Igualmente, siempre es un placer recibirlos en la ciudad. -estrecho su mano y la de su esposa e hijas.

Es la segunda vez que nos visitan, la primera fue donde mi padre y el se asociaron y de dónde surgió la idea de unir nuestras familias con el matrimonio de Aynur y mio.

Deseo Insaciable || Henry CavillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora