Capítulo 17

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Selena abrió la puerta de su departamento.

Tenía el cabello recogido en dos trenzas y su rostro tenía una mascarilla nocturna. Vestía pantalones amplios y sostén deportivo.

—Hola Selena — dijo Octavian en el umbral de la puerta.

—¿Qué haces aquí? — preguntó con los brazos.

—Solo vengo a ver a mi querida — contestó entrando como si fuera su casa.

"Porque lo es" dijo una voz en la cabeza de Selena "Èl es quien paga el alquiler"

Selena cerró la puerta mientras Octavian se quitaba su saco negro y lo dejaba en el colgador onde ella dejaba la cartera que usaba de diario.

—Octavian — Selena se pellizcó el puente de la nariz. Se quitó su mascarilla y la tiró en el cesto que estaba en la esquina junto a las semillas de girasol que tiró. — ¿A qué viniste? Mañana tengo que ir temprano al club. Estoy practicando un nuevo acto.

—¿Nuevo acto? — preguntó Octavian.

—No me cambies el tema — frunció el ceño Selena sintiendo el rostro húmedo por la mascarilla facial.

—Te digo la verdad — él se sentó en su sofá — Solo quería verte.

—Ahora estás comprometido — contestó Selena de brazos cruzados — ¿Por qué no vas a donde tu prometida?

—¿Cómo sabes que ya le propuse matrimonio?

—La cantante del Conservatorio es amiga mía en las clases de pilates — respondió ella — Y me contó como Calliope Crain contaba emocionada que Octavian Snow le propuso matrimonio. Además, eres el hijo del Presidente, ya mañana todo el Capitolio sabrá que te casaras.

Octavian no dijo nada, solo sonrió.

—¿Estas molesta porque me comprometí?

—¡Tienes una prometida! — le señaló —Si bien era tu amante aun sabiendo que eran novios, un anillo en su dedo cambia las cosas. No seré una gata rompehogares.

Octavian se puso de pie, frente a ella. Lucia impotente, alto con hombros anchos como demostración de su carrera militar. En cambio ella era pequeña y delgada gracias al metabolismo heredado de su padre.

Él la besó, como un hombre hambriento. Selena sintió la mano de Octavian acariciar el vientre de ella y la sensación de toques eléctricos.

Las manos de Selena fueron directo a la corbata roja de Octavian , sus dedos delgados buscaron con desesperación querer aflojar. Con el nudo desecha ahora fue por los botones de la blanca camisa que usaba mientras los labios de su amante pasaron de su boca hasta su cuello.

Maldito Octavian Snow, era como una droga para ella.

Dañina pero adictiva.

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Haymitch abrió la puerta de su casa y se encontró con el Comandante Chase.

Le dolía la cabeza, se había acabado una botella completa la noche anterior y sentía como si una colonia de hormigas trabajarán en su cabeza.

—Comandante — sonrió Haymitch — Que gusto verlo en mi morada.

—Carta del Capitolio — Chase le extendió un elegante sobre — Al parecer Madame Snow le tiene mucha estima.

—Que te puedo decir — Haymitch pasó sus dedos por su cabello, lo notó ligeramente grasoso, tenía que lavarlo — Soy su único Vencedor. Eso me convierte en su casi hijo.

Un Sinsajo EnjauladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora