Capítulo 11

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[Día 4]

Beetee vio llegar a Madame Snow, con un vestido celeste donde brillaba un collar de perlas blancas y un largo chal beige tejido. A su lado como siempre uno de sus hijos y la secretaria de la Primera Dama.

El hijo mayor, el General Mayor Snow tenía su brazo entrelazado con el de Madame Snow.

Ella saludó a todos en la sala y le dio el pésame a los Mentores del Tres, a Beetee en especial, a los Mentores del Diez, Cinco y Once.

Beetee también le dio el pésame a los dos niños más pequeños del Doce. Él no pudo olvidar como el niño había colocado a su compañera detrás de él como un escudo mientras temblorosamente extendía su comida a los Profesionales para que les perdonara la vida.

Los chicos del Uno simplemente se rieron para luego romperles el cuello a los dos niños.

Beetee la notó levemente decaída mientras se sentaba en un sillón con Mags Flanagan. Él agarró una taza de café y se acercó a ambas mujeres.

—¿Una taza de café, Madame Snow?— ofreció Beetee a la Primera Dama.

—Me leíste la mente, señor Latier — dijo Madame Snow aceptando la taza de café.

—Madre, recuerda... — trató de decir el hijo del presidente.

—Shh, Octavian — contestó Madame Snow — Tu hermana exagera al quitarme el café. — arrugó el ceño — Recuerdo muy bien que Karone era más café que chica en sus años de estudio.

Ella bebió un poco de café mientras la señora Mags se servía una taza de té que estaba en la mesita frente a ellos.

La pantalla mostró al Tributo masculino de Madame Snow se encontraba con tres tributos profesionales dos del Uno y uno Dos.

Beetee observó como Madame Snow se levantó dejando la taza de café en la mesa. Tres contra Uno, era prácticamente un suicidio.

La pelea se desató en un instante. El joven Abernathy fue rápido y sacó el cuchillo que tenía, los otros tres se lanzaron, el chico del Dos, que tenía un tronco, fue el primero en sufrir un corte en el abdomen.

El tributo de Madame Snow golpeó al tributo fornido y castaño del Uno haciéndolo caer al piso, y luego pateó en el chico al pelirrojo del Uno. Del tributo del Dos se lanzó otra vez, pero Abernathy blandió el cuchillo sobre su cuello.

El tributo de cabello castaño claro, cayó al piso sujetándose el cuello que rápidamente empezaba a brotar sangre mientras se retorcía en el piso. Abernathy contra el pelirrojo del Uno empezaron a pelear en el césped y el cuchillo cayó, en un momento, Abernathy le mordió los dedos haciéndolos sangrar y tomó el cuello repitiendo la acción de pasar el filo de plata sobre el cuello.

Dos cañones sonaron y el tributo del Uno y Dos. Abernathy se puso de pie pero el castaño del Uno llegó con un tronco y golpeó en la cara al tributo de Madame Snow.

Beetee vio como la Primera Dama jadeó asustada al ver la sangre brotar del rostro de Abernathy. El joven Snow la obligó a sentarse, mientras la señora Mags la tomó de la mano.

En la pantalla se los vio forcejear, el cuchillo pasó de manos de Abernathy al tributo del Uno, y cuando la hoja estaba a punto de deslizarse sobre el cuello del chico del Distrito Doce cuando se escuchó un silbido.

La pantalla mostró a la otra tributo del Doce, con una cerbatana. El tributo del Uno empezó a vomitar sangre y el cañón se escuchó.

Beetee pudo ver como Madame Snow soltaba un largo suspiro mientras la secretaría de ella le entregaba un vaso con agua. Octavian Snow rápidamente le frotó la espalda a su madre tranquilizándola.

Un Sinsajo EnjauladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora