Capítulo 38

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Antes de ser llevados a la Arena, tuvieron un momento con sus Mentores.

Haymitch rodeó a Peeta por los hombros, y se lo llevó a una esquina.

—Escucha mi consejo, Peeta — le susurró al oído y Peeta pudo captar el aroma a licor emanar de Haymitch — No entres a la Cornucopia, eso será un baño de sangre. La mayoría del Doce siempre muere en ese momento al intentar obtener una mochila.

—¿Pero y los suministros?

—Morirás antes de siquiera tocar una mochila — dijo Haymitch — Hazme caso y corre lo más lejos.

Peeta asintió con la cabeza, luego miró hacia donde estaban Katniss y Madame Snow. La Primera Dama trenzó el cabello de Katniss, luego la tomó de las manos.

—.. se que pasaron muchos años desde la última vez que pensé en ustedes, Covey — miro al techo, como si estuviera hablando con alguien — Pero guíen a Katniss Sienna. Es una hija de nuestra familia, una niña Covey. Sean sus estrellas en la oscura noche y el faro para su victoria.

Peeta miró a Haymitch que también veía la interacción entre Mentora y tributo.

"Al fin el Distrito Doce tendrá un digno Vencedor" las palabras de su madre resonaron en su cabeza. Peeta era consciente que su madre no se refería a él.

Existían varios factores que colocaban a Katniss en una buena posición. La primera era que Katniss era chica del bosque, por años habían intercambiado sus fructíferas cacerías por cosas, una puntería precisa, la segunda y más importante, tenía como benfectadora a la mismísima Primera Dama de Panem, y por años el Doce tenían buenos patrocinios ( a quienes sobrevivían al baño de sangre)

Madame Snow le dio un beso en la frente a Katniss para luego acercarse a Peeta.

—Buena suerte, Peeta — le sonrió Madame Snow con calidez.

—Gracias, Madame Snow — dijo Peeta.

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El ascensor le daba a Katniss una sensación de encierro.

—Los Vigilantes siempre distribuyen los objetos dependiendo de su valor — dijo Madame Snow a su lado — Justo al borde de la Cornucopia. Es posible que veas un arco ahí.

Katniss rápidamente giró su cabeza y vio a la Primera Dama.

—No vayas por él — ordenó Madame Snow.

—¿Por qué?

—Eso será un baño de sangre, Katniss Sienna — contestó Madame Snow con seriedad — Muchas veces ambos tributos del Doce mueren en ese baño de sangre. Alejate de la Cornucopia, huye a tierras altas, aléjate de los demás. Lo esencial, agua, buscala.

El ascensor se detuvo para luego las puertas ser abiertas. Katniss observó un aerodeslizador esperando. Las dos avanzaron en silencio.

—¿Madame Snow?

—Si, querida.

—Cuando mi padre murió, mi madre se fue — contó Katniss. Si ella moría, su madre nuevamente podría enfermar y no habría nadie que cuidara de Prim además de Gale — Pasaba sus días llorando o viendo a la nada. Si no fuera porque yo intervine, Prim habría muerto de hambre. Si llego a morir...

—No vas a morir, Katniss Sienna.

—Si llego a morir — pidió Katniss —Cuide a Prim. Por favor.

—De acuerdo — asintió con la cabeza — Yo cuidare de Primrose Lilac. Palabra de Covey.

"—Portate bien, Katniss — decía su padre.

Un Sinsajo EnjauladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora