Capítulo 5

948 113 33
                                    

El Mayor General Octavian Snow había llegado a donde estaba por el prestigio de su nombre y su habilidad.

Nieto del héroe en los Días Oscuros, Crassus Snow. Hijo del Presidente de Panem y de la Décima Vencedora de los Juegos del Hambre.

Se podría decir que la grandeza corría por su roja sangre, y era verdad. Al igual que su padre, no dejaba ningún cabo suelto y veía a todos como simples piezas de ajedrez.

"No viviré para siempre" le dijo una vez su padre " Y los Snow hemos contribuido a la Paz de Panem por años. Tu debes seguir con ese control de la paz"

Y por eso había optado por una carrera militar en vez de ir a la universidad como sus hermanos.

Octavian podría decir que tiene un punto débil, su madre.

—¿Pensé que vendrías directo a casa? — le dijo preocupada madre.

La había interceptado antes de ir al Centro de entrenamientos, había sido invitado por el Jefe de Vigilantes, Price para ver los entrenamientos de los tributos.

—Fui directo al departamento — contestó Octavian acariciando las manos de su amada madre — Estaré ahí durante mi estadía en los juegos.

—Oh, entiendo — asintió con la cabeza madre — Pero debes venir a casa a cenar. Hace tiempo que no cenamos todos juntos. Prométeme que vendrás a cenar, le haces falta a tu madre.

—Por supuesto que iré — le sonrió Octavian — Pero ahora tengo que ir al centro de entrenamientos a ver las sesiones de los tributos. ¿Vas a ir directo a casa o te quedarás en el piso del Doce a esperarme?

Octavian miró detrás de su madre, parada firme con tacones que aprecian dolorosos estaba Kore Mayfield la asistente de su madre. Con la certeza que alguien estaba con su madre le daba alivio en caso que debería tomar su medicina.

—Te esperaré — dijo madre — Estoy iniciando un nuevo tejido que quisiera terminar hoy.

—Bueno, si es así — beso la mejilla de ella — Te veré en unas horas.

Octavian miró a Mayfield y asintió con la cabeza para que guiara a madre hasta el piso de sus tributos. Él caminó hasta llegar al lobby con vista a la sala de entrenamientos donde ya estaban los tributos de este año.

—Mayor General — lo saludó Willis Price, el Jefe de Vigilantes, extendiendo la mano — Un gusto contar con su presencia.

—Estoy ansiosa de ver los juegos de este año — aceptó el saludo Octavian. Un Avox llegó hasta él con una charola con copas llenas de dorado champán. —Quiero ver si hay buen potencial en los tributos.

—¿A los tributos de Madame Snow?

—Algo así — miró hacia donde estaban todos.

Los tributos de su madre se habían apilado entre ellos. La chica rubia de ojos verdes, el muchacho rubio de la Veta y los dos pequeños.

Octavian chasqueó los dientes al ver que ninguno resultaba prometedor. La chica rubia probablemente duraría uno o días si lograba evitar la Cornucopia, los dos pequeños serían los primeros en caer... y el muchacho.

—¿Señor Abernathy no va a entrenar? — preguntó la instructora al chico rubio del Doce que estaba acostado en el piso.

—En un minuto — contestó sin abrir los ojos.

El niño del Doce le dio una patada en la rodilla, haciendo que Abernathy se levantara.

—Pobre de Madame Snow — dijo uno de los hombres presentes — Siempre le tocan a los peores.

Un Sinsajo EnjauladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora