Capítulo 20

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Lucy Gray invitó al señor Abernathy al salón familiar.

Coriolanus caminó junto a su esposa que le hacía preguntas al señor Abernathy sobre el Covey.

¿Cómo están?

¿Siguen tocando?

¿Maude Ivory está bien?

La luz del día llenó la pequeña sala familiar. Un espacio donde Lucy Gray permanece en sus ratos libres tejiendo o bordando.

—Es un lindo lugar — dijo el señor Abernathy.

—Coriolanus fue atento en escoger el mobiliario — contestó Lucy Gray con una sonrisa.

Lucy Gray miró las mesas donde reposaban jarrones con rosas y muchas de las fotografías familiares, en su mano estaba la foto de su familia.

Coriolanus dijo que mandaría a que colocaran esa fotografía en un marco. Lucy Gray había visto esa fotografía con los ojos ligeramente llorosos.

Su familia muerta en los Días Oscuros.

Lucy Gray le enseñó la fotografía; sus padres y hermanos mayores. Todos ellos con el cabello oscuro, el señor Baird compartía muchas similitudes con sus hijos varones, el cabello oscuro y la piel pálida, a excepcion que Levi tenia los ojos azules y el mayor tenia la mirada de la señora Baird. Lucy Gray era casi un calco juvenil a la señora Baird con su piel ligeramente morena. 

Un vestigio de la vieja Lucy Gray Baird.

—Me siento orgullosa de todo esto, Haymitch — dijo Lucy Gray tomando entre sus manos una fotografía. La fotografía de su boda. — Esto es lo que he construido a lado de mi esposo durante cuarenta años.

Coriolanus sonrió levemente ante las palabras de su esposa.

"Lo que hemos construidos juntos"

—Hijos, una nieta — siguió Lucy Gray hablando colocando la fotografía de regreso a su lugar — ¿Sabes por qué te digo esto, Haymitch?

—No, Madame Snow — negó con la cabeza el muchacho.

Coriolanus vio que se comportaba dócil, calmado a pesar que hace un mes él mismo dio la orden de eliminar a su familia y novia por el truco del campo de fuerza.

Él chico aprendió rápidamente la lección, manteniendo su perfil bajo.

Lucy Gray se acercó y colocó sus manos sobre las pálidas mejillas del muchacho. Se notaba ojeroso, las marcas violetas debajo de sus ojos, signo de noches sin dormir.

—Sobreviviste a la arena, ganaste los Juegos — dijo con calma y un toque dulce en su voz — Quiero que seas feliz, por lo que pasaste. Mereces tener paz.

El muchacho pago por su impertinencia — pensó Coriolanus — Merece esa paz.

—Es muy amable por sus palabras — contestó el señor Abernathy.

—Eres mi Vencedor... eres mi muchacho — declaró Lucy Gray con gran seriedad.

Coriolanus no pasó por las palabras de Lucy Gray.

"Eres mi muchacho"

Abernathy tenía una mirada que podía comparar con la incertidumbre, con sus ojos nublados viendo a Lucy Gray, un niño perdido buscando algo a que aferrarse.

Coriolanus sintió algo de molestia, Lucy Gray estaba colocando a Haymitch Abernathy al mismo nivel que sus hijos.

—Lo intentaré... — dijo Abernathy — El Covey se preocupa por mi.

Un Sinsajo EnjauladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora