Gueeeeno, apareciendo ando después de mucho .-. pido disculpas, no se si seguirá habiendo lectores de esta historia.
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El sonido del teléfono me despertó de golpe. Gavrel tenía sus piernas enredadas en las mías y me costó moverme sin despertarlo para alcanzar el teléfono. Era Sabrina.
—¿Sab? —pregunté.
Oí su llanto antes que su voz, mi corazón se paralizó y me puse alerta.
—Dannika, ven por favor —pidió.
—¿Dónde estás? ¿Qué pasó? Voy para ahí, linda, no llores —le dije sintiendo como mi pecho se apretaba en un nudo. ¿Ahora qué, ahora qué?
—¿Dannika? Estamos en casa de Sabrina —dijo la voz de Lukyan al otro lado, se lo oía increíblemente serio—. El local donde el padre de Sabri trabaja se incendió esta madrugada, él cubría el turno nocturno.
Gavrel estaba de pronto a mi lado y me sostuvo cuando las piernas me fallaron. Sentía que no podía sostenerme en pie.
—¿Él está...?
—Apenas está con vida, inhaló mucho humo y parte de su cuerpo está quemado —explicó. Escuché como Sabrina dejaba escapar un sollozo desgarrador y como él susurraba con ternura para calmarla
—Voy para allí —dije y él cortó.
Gavrel me ayudó a buscar mi ropa en silencio y se ofreció a llevarme allí lo cual le agradecí, lo necesitaba a mi lado. Que se pudra Alexei y las mierdas que piense, esta vez había ido demasiado lejos afectando a mi mejor amiga.
Hicimos el trayecto en coche en silencio, los nervios hacían que fuera incapaz de hablar, estaba tensa en el asiento, mordía mis labios hasta casi hacerlos sangrar. El amanecer asomaba en el cielo cuando nos detuvimos ante la casa de Sabrina.
Ella estaba allí con Lukyan cuidándola. Jamás pensé que estaría tan agradecida de que se haya interesado en mi amiga.
—Sab —dije y la abracé. Ella lloró en mis brazos mientras Lukyan y Gavrel intercambiaban miradas, esperaba que se hubieran entendido.
La conduje a la sala abrazándola, me partía el corazón verla así.
—Mi madre salió rumbo al hospital. Si algo le pasara a mi padre... —dijo con voz rota.
—Él es un hombre fuerte, preciosa, saldrá de esta —le aseguré acariciando su pelo con ternura.
Gavrel entró seguido de su hermano y el menor se sentó al otro lado de Sabrina con actitud protectora, ella tomó su mano con fuerza y suspiró.
—¿Qué se sabe? —pregunté entonces.
—Las causas están intentando esclarecerse, los bomberos ya pudieron controlar el foco —explicó Luk, también se lo veía preocupado, cosa extraña en él.
—Mi padre iba inconsciente en la ambulancia, le estaban administrando oxígeno según me dijo mi madre que los médicos le dijeron. Ya debe estar llegando a urgencias, mamá me avisará para que vaya —contó mi amiga.
La rabia me invadía y en mi mente solo pensaba en formas de matar a Alexei de manera dolorosa. Se me debió ver en la cara porque Gavrel se paró ante mí y alzó mi cara para que lo mirara.
—Yo me encargaré de esto, preles't moya —dijo serio y sus palabras tenían casi el peso de una orden. Lo entendía, debía dejarlo hacer lo que tenía que hacer.
Asentí para tranquilizarlo, pero la idea de Alexei haciendo daño a mis afectos me estaba matando. Faltaba poco para lograr acabar con él, debía recordarme eso para no salir disparada a quemar su lujosa casa a pesar de las palabras de Gavrel.
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Deuda de sangre
Lãng mạnLuego de la muerte de su padre, Dannika Murath, de dieciocho años, pasó a ser la tutora de su hermana y la heredera de una deuda con la mafia austríaca de la ciudad: los Bunner. Cuando le dieron a elegir entre la muerte o ser la mensajera de la fami...