Es uno de esos días en que llueve despiadadamente sobre el suelo de Cadsmorie en pleno miércoles a primera hora de la mañana, lo que limita un poco el trabajo de la más alta bajo el pequeño techo de la entrada de la Cadsmorie State University.
Parece que el cielo puede caerse en cualquier momento. Los pasos apresurados de los estudiantes que entran al campus empapan las botas de su viejo y descolorido pantalón; aun así, no es problema para ella, puesto que el largo viaje en bicicleta ya se encargó de arruinar con barro todo su outfit, así como el agua ya inunda sus calcetas y zapatos tan desgastados.
Tzuyu, mejor conocida como: "La chica del café", atiende a sus fieles clientes en la entrada con una humeante taza de café caliente; como siempre, todos agradecen y exaltan el sabor tan peculiar de su deliciosa bebida.
"El ingrediente secreto" —es la respuesta que da siempre a quienes preguntan por su receta.
Hasta las diez de la mañana que vacía los termos, toma de nuevo su oxidada bicicleta y parte a su segundo trabajo en la cafetería cerca de la universidad, en la que los mismos e incluso más clientes, van a probar su tan aclamado café y las deliciosas galletas de su compañera y amiga, Chaeryeong.
—Tzuyu, mira como vienes —corre a envolverla en una toalla—, te vas a resfriar un día de estos.
La chica se encoge de hombros simplemente.
—Sí, sí, esa es tu respuesta para todo —regaña, aunque no enojada—. Ve al baño a secarte, yo guardo tus cosas.
Tzuyu corre a secarse el cabello y la cara en el estrecho servicio de la cafetería, saca su camiseta y delantal del morral que carga a todas partes y está lista en menos de cinco minutos para atender sus mesas.
Es un día normal para la chica: servir café, ayudar en la caja y dejar todo limpio al salir.
—¿Te puedo cambiar las estanterías por barrer? —pregunta su compañera en una súplica.
Ella niega.
—Barrer y trapear a cambio de las estanterías, es mi última oferta.
Tzuyu permanece en silencio.
—¡Por favor! —ruega con un puchero—. Recuerda que el otro día me caí y casi me rompo el brazo. Mides como dos metros, no te cuesta.
La chica de cabello negro ladea la cabeza un poco intentando recordar, pero no lo logra. Con el ceño fruncido, va hasta la cocina bajo la mirada expectante de Chaer; al regresar, trae su morral y extrae de él su billetera enseñando su identificación a su equivocada amiga.
—No mido dos metros —asegura extrañada.
—Tzuyu —suspira cansada—. Es un decir... En fin, ¿me ayudarás?
—Bueno.
—Mírale el lado positivo, te toma menos tiempo limpiar las estanterías, así que tendrás tiempo de sobra para ir por Chaewon a la escuela.
Siendo esa excusa suficiente, Tzuyu se pone en marcha con los trapos, guantes y productos para dejar las estanterías relucientes lo más rápido que puede.
Recuerda la última vez que su compañera tuvo un accidente y faltó tres días a trabajar por su brazo desguinzado, los peores tres días de su vida; tuvo que atender la cafetería sola, limpiar sola y recoger a su hermanita tardísimo de la escuela; suerte que Lilian, su profesora, entiende su situación y no la regaña como las otras maestras de años anteriores por llegar tarde, aunque mejor para ella evitar.
ESTÁS LEYENDO
UNA PARTE DE MI ALMA // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)
RomanceUna parte de mi alma" debe su nombre a lo que es literalmente: Una parte de MI alma. Tzuyu es esa parte de mí que es vulnerable y con un montón de trastornos; mi parte neurodivergente (esa palabra la aprendí un día y me suena de lo más genial). Es e...