Son como las siete de la noche cuando Sana se despierta en el cuarto de su amiga con un dolor de cabeza tremendo. Unos minutos le toma recordar dónde está y por qué motivo ha llegado allí. Llama a su mejor amiga varias veces, pero nadie contesta, el reloj le recuerda que todavía no llega de su práctica.
Con la vista afectada por sus ojos hinchados, baja las escaleras con nada más que sus medias puestas rumbo a la cocina por unas aspirinas; allí se encuentra a una muy ocupada Tzuyu batiendo ingredientes en un tazón de vidrio y a Chaewon jugando con un puñado de moldes de animalitos.
—¿Tzuyu, bebé, qué hacen?
El desayunador está lleno de harina y bolsas, es un desastre de chocolate, bowls, bandejas y moldes.
La mencionada le sonríe con la cara espolvoreada de fécula de maíz y el cabello recogido en una coleta alta, mientras que Chaewon corre a abrazarla.
—Estamos haciendo galletas —cuenta emocionada—. Tzuyu tiene la receta de mi mamá.
La chica del café siempre le ha hablado a Chaewon sobre lo poco que conoció de su mamá. La única foto que guarda de ella ha servido de modelo para que la niña tenga una referencia visual de Adelaida. Siempre trata de recordarla a través de actos y detalles que tenía con ella, ahora aplicándolos con la niña para que su recuerdo siga vivo dentro de su corazón.
—¡Qué rico!, ¿necesitas ayuda?
—Todo en orden —sonríe con seguridad la pelinegra—. ¿Crees que a Mina le gusten? —pregunta apenada.
—A Mina le encantan las galletas y si las haces en forma de pingüino le van a encantar mucho más —guiña tomando el molde de dicho animal.
A Tzuyu se le ilumina el rostro como si le hubiesen dado la mejor noticia del mundo, su expresión es como la de alguien que se saca el premio mayor en la lotería.
Sana ríe para sus adentros retomando su misión de tomarse unas aspirinas, esto sin dejar de checar cada movimiento de la pelinegra; como amasa con extremo cuidado y se asegura de releer su libreta cuidando de no perderse un detalle...
Flashback.
La pequeña Tzuyu llega contenta del colegio a contarle a mamá Ade sobre el premio que ganó por su maqueta del sistema solar en la que la ayudó noches anteriores.
Adelaida se encuentra en la sala viendo una de sus famosas telenovelas. Cuando Chou Yungeun está de viaje es cuando mejor puede disfrutarlas y la compañía de su hija lo hace aún mejor.
—¡Mamá, no me lo vas a creer! —se arroja a sus brazos—. La maestra me puso un 10 en mi maqueta y dijo que fue la mejor de la clase.
Adelaida mira con orgullo a su hija, es tan inteligente.
—Me puso una estrellita dorada y me regaló un paquete de galletas para que las compartamos —enseña su sticker y una bolsita transparente con mini galletas de coco.
—Mi tesoro, te felicito —apretuja en su abrazo.
—Todo es gracias a ti, eres la mejor mamá del mundo —sonríe encantada.
Madre e hija se sientan toda la tarde a ver telenovelas y a comer galletas. Tzuyu se pone triste cuando se le termina su pequeña ración, pero eso no es problema para Adelaida García, quien desempolva su viejo libro de recetas y sus utensilios especiales de cocina para preparar su receta secreta de galletas de vainilla con ayuda de Tzuyu.
—Primero debemos mezclar todos estos ingredientes en un bowl, pásame los huevos y la harina...
Tzuyu se divierte con su mamá, quien ríe de su pequeña al repasar todos los pasos en voz alta hacia una cámara imaginaria, alegando que se encuentran en un canal de cocina muy famoso. Con los divertidos moldes de la señora, les da las formas a sus galletas con prolijidad y aunque el sabor de ellas al terminárselas con un enorme vaso de leche es lo más satisfactorio del mundo, no lo es tanto como el placer de compartir con mamá Ade todos aquellos momentos que vivirán para siempre en su memoria...
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UNA PARTE DE MI ALMA // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)
RomanceUna parte de mi alma" debe su nombre a lo que es literalmente: Una parte de MI alma. Tzuyu es esa parte de mí que es vulnerable y con un montón de trastornos; mi parte neurodivergente (esa palabra la aprendí un día y me suena de lo más genial). Es e...