CAPÍTULO 3 SOLO IMPORTA CHAEWON

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A Tzuyu le toma alrededor de treinta minutos recuperarse de su episodio de ansiedad. Su cara y sus brazos están rojos por el golpe de su papá y por los aruñetazos que se dio durante el mismo.

Debe ir a checar que Chaewon esté bien, así que intenta nivelar su respiración y se pone de pie caminando a su habitación.

El cuarto que ocupa Chaewon le perteneció alguna vez. Recuerda el primer día en que mamá Ade la trajo del orfanato...

Flashback.

—Tengo una sorpresa para ti.

Una pequeña Tzuyu con su vestido blanco de boleros, observa a la extraña que la ha sacado del orfanato con mirada asustada. La pelinegra de once años vivía en constante desconfianza y temor con el exterior, pues su vida en el orfanato no fue muy feliz o alentadora. Adelaida, la señora rubia de aspecto joven y amable, se portó bien con ella desde el momento cero en que la visitaba constantemente para conocerla; sin embargo, y aunque esta no le generaba tanta desconfianza, se mantenía alerta a todos sus movimientos, pues los niños y niñas del orfanato contaban cosas muy perturbadoras sobre los demás pequeños que ya habían sido adoptados. Historias como: niños a los que se habían llevado para explotación infantil, niños que eran maltratados, vendidos, etc.; niños a los que les prometieron un hogar, pero que terminaron en un infierno. El orfanato donde estuvo Tzuyu desde que nació, era un lugar cualquiera que ya estaba en el ojo del huracán del estado por sus desagradables y dudosas prácticas.

—¿Una sorpresa para mí? —pregunta con temor.

—No te asustes, te va a encantar.

Adelaida lleva a Tzuyu hasta el comienzo de las escaleras y saca una venda que pone en los ojos de la niña.

Escalón por escalón, la pelinegra duda paso a paso, pero se permite confiar, pues la señora ha sido amable con ella y eso ya es decir mucho.

—¿Estás lista? —se detienen por fin.

Tzuyu asiente simplemente.

Adelaida abre la puerta de la habitación adentrando a la pequeña en ella descubriendo sus ojos por fin. En cuanto su vista se adapta a la luz, las pupilas de Tzuyu se invaden de un rosa pastel luminoso que pinta las paredes del pequeño, pero cómodo espacio. La señora a su lado solo observa su reacción, cómo la pequeña no tan pequeña barre toda la habitación con una sonrisa que le ilumina el alma a la señora.

Una cama nueva, un armario enorme para su ropa, un pequeño baño con cenefa de pollitos, estanterías llenas de juguetes y peluches, una mesa de noche con una lámpara de unicornio, ¡era el cuarto perfecto!

Esa fue una de las tantas veces en su infancia que Tzuyu lloró, pero de felicidad. Abrazó a mamá Ade hasta hacerla romper en llanto a ella también. Ese día, lo recuerda como uno de los más especiales en su vida...

A cuarto para las nueve de la noche, Chaewon yace dormida en su cama con el cabello húmedo después de bañarse. Sus dos únicos cuadernos abiertos sobre el escritorio con su tarea hecha a la perfección, y a un lado una taza medio deforme hecha de barro finamente pintado de amarillo con flores blancas que pone: "La mejor hermana mayor", en su infantil caligrafía. Tzuyu la toma con una sonrisa.

Mamá Ade murió al dar a luz a Chaewon y desde entonces ella tuvo que hacerse cargo de su hermanita. Con trece años, Tzuyu tuvo que trabajar en las calles vendiendo dulces, haciendo mandados o pidiendo dinero para comprar su leche y ciertas cosas que su hermanita necesitó. Si bien la señora Adelaida se encargó de comprar montón de pañales, ropa y cosas para su hija que venía en camino, con el tiempo de usarlos se fueron acabando.

UNA PARTE DE MI ALMA // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora