CAPÍTULO 38 HIRAI

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Momo deja su carro en el estacionamiento y toma el elevador, tuvo que quedarse limpiando su tapizado con paños húmedos de bebé y dejar una parte de la ventanilla abierta para que el olor se disperse. Sigue pensando en su corta, pero reveladora conversación con la pequeña que a pesar de haberle cagado su carro no puede enojarse con ella por quitarle la venda de los ojos.

Ya en la entrada hacia su casa, ve a Chaewon tratando de esconderse y mete carrera a alcanzarla. La niña ríe a más no poder por su travesura.

¡Te juro que te voy a poner a lavar todo mi carro, Chaewon!

La pequeña pelinegra saca de su bolsillo un juego de llaves que Momo reconoce como suyo. Se detiene y fija rápidamente en su bolso notando que, efectivamente, ha tomado sus llaves.

¡Ya verás, ladrona de llaves!

Como puede, Chaewon abre la puerta de la casa y entra corriendo mientras se quita los zapatos. Momo la alcanza en el salón donde Cara y Casso saludan a la pequeña con alegría, pero la niña no presta atención a sus colitas o sus besos de bienvenida, sino a alguien más que está en la estancia.

¡Te voy a hacer picadillo y te daré de comer a Cara y Casso, ahora sí me vas a con...!

Sus palabras se quedan en el aire al ver al par de personas de pie en su sala. El corazón se le detiene y sus manos empiezan a sudar, de pronto, Chaewon voltea a verla por una explicación notando cómo cambia el semblante de la ingeniera en par segundos inspirando miedo.

Momo pronuncia la mujer con cierta amargura en su voz. Llevamos como una hora esperándote.

¿Dónde estabas? indaga ahora el hombre a su lado.

La chica de cabello naranja se agacha al nivel de Chaewon susurrando en su oído que suba a su cuarto a cambiarse el uniforme mientras ella se encarga de las visitas. La niña obedece con semblante preocupado y seguida del par de canes se pierde escaleras arriba... o eso piensa la joven.

Dejando escapar un suspiro cansado, la ingeniera se enfrenta a su par de progenitores todavía con semblante serio y disgustado delante de ella.

¿Quién es esa niña? pregunta su mamá con cierto desdén en su voz.

¿Qué hacen aquí?

Pues ya que no nos visitas en casa tuvimos que venir.

He estado ocupada...

¡Claro, me imagino! exclama con sarcasmo. Con tantos casos y papeleo por llevar...

Momo nota cierto veneno en la voz de su mamá, algo normal, pero igual sospechoso en esas circunstancias; sus papás jamás se aparecen en su casa sin avisar, algo huele mal y no es la caca de perro que embarró Chaewon en su carro... es algo más.

¿Quieren algo de tomar? tantea.

Nuestra visita será breve, siéntate por favor ordena su papá.

El señor Hirai es un hombre bien parecido idéntico a su única hija; entre él y su esposa es quien maneja el carácter más difícil y autoritario, siempre viste como el prestigioso abogado que es y huele a pino y lavanda, caro y sofisticado.

La señora Hirai es más parecida a la mamá de Mina, cortadas con la misma tijera y empacadas en el mismo molde, con la única diferencia de que Momo y su mamá se enfrentan más a menudo y fuerte porque la joven no se queda callada ante nada que le disguste, a excepción de su amiga; ella no es de seguirles la corriente, va con todo y uñas a defenderse y tal vez es por eso por lo que le va peor en su relación con ellos.

UNA PARTE DE MI ALMA // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora