CAPÍTULO 57 LA COMODIDAD ES LO MÁS IMPORTANTE

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Al escuchar la voz de Sana, Momo cierra la tapa de la computadora de manera nerviosa y evidente. La chica de cabello castaño levanta una ceja sugerente al notar el nerviosismo de la ingeniera y el sonrojo de Tzuyu.

—¿Qué hacen? —pregunta.

—Nada —contestan las dos al mismo tiempo.

Sana camina paciente alrededor de la mesa de centro.

—¿De verdad? Porque se ven nerviosas.

—Estábamos viendo una película y nos interrumpiste, es todo —miente Momo descaradamente.

—Ajá...

La psicóloga en un movimiento rápido que las otras dos no alcanzan a evitar, toma el ordenador del regazo de Tzuyu tratando de descubrir lo que ocultan.

—¡Sana, no, deja mi computadora! —se pone de pie intentando arrebatársela.

—¡Hazte para allá, Hirai Momo! —la aparta de un grito.

—No te sabes mi contraseña, de todos modos —habla confiada.

Sana levanta una ceja hacia ella con aire de suficiencia. Con un simpe tecleo, la pantalla del ordenador revela la última página web abierta por su propietaria.

—¡¿Cómo es que...?!

—Me sé todas tus contraseñas, señorita MINATOZAKISANADEHIRAI, SANAELAMORDEMIVIDA y SANATEAMOMÁSQUEANADA.

—Es que te amo —sonríe inocente.

Sana rueda los ojos fastidiada devolviendo el computador a su dueña.

—Tú y yo vamos a hablar de esto después —regaña.

—¿Estamos en problemas? —pregunta Tzuyu con cierto temor en sus ojos.

—Tú no, tesoro, esta pervertida —le suelta un zape a la chica de cabello azul.

—¿Hici-hicimos algo malo?

—Tzuyu solo me pidió un consejo y yo la estaba ayudando —reprocha Momo.

—A buen palo se arrimó.

—¿Cuál-cuál palo?

—Yo mejor me voy, tengo muchas cosas que hacer.

Momo toma sus cosas del comedor intentando despedirse de beso de Sana, pero esta le aparta la cara disgustada. La ingeniera solo ríe lanzando un "te amo" al aire retirándose de la escena como si nada hubiese pasado.

Sana se sienta en el sofá junto a Tzuyu.

—¿De qué le estabas pidiendo consejos tú a la peor consejera del mundo? —ríe con pesar.

—Me da pena, Sana.

—¿Te da pena de mí? —acomoda un mechón de su cabello.

Tzuyu asiente sonrojada.

—Iba a esperar a que llegaras, pe-pero tardaste y Momo llegó, entonces le pregunté a ella.

—Vale, ¿y qué es lo que quieres saber?

Tzuyu se encoge de hombros simplemente.

—Momo me ayudó.

—Créeme, Tzuyu, no te ayudó en nada. ¿Qué te dijo esa improperiosa? —se refriega el rostro con frustración.

La pelinegra trata de recordar todos los detalles de su conversación con la ingeniera recitando palabra por palabra a la psicóloga toda la historia. Sana intenta no reír ni hacer ningún gesto para no molestar o incomodar más a Tzuyu.

UNA PARTE DE MI ALMA // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora