CAPÍTULO 56 SANDÍA

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Tzuyu se despierta gracias a los rayos del sol que se filtran por las cortinas del cuarto de Mina, otra vez olvidó cerrarlas. La mencionada abre los ojos encontrándose con la risa de su novia a su lado y sus ojos diferentes, viéndose todavía más claros.

—Perdón, otra vez lo olvidé —ríe.

—No me gusta —se queja Tzuyu cual niña pequeña.

—Gruñona —deja un beso en su nariz para levantarse a cerrar las cortinas.

De vuelta en su cama, descubre la cara de Tzuyu para repartir besos de buenos días por toda ésta provocándole una risa. La pelinegra por fin abre los ojos siguiéndole la corriente, como siempre terminando en algo más que solo un inocente juego.

Hace días que Tzuyu no comprende lo que sucede exactamente con su cuerpo cuando los besos con Mina se suben de tono. Le encanta lo que siente, pero no lo comprende a la perfección. Mina es quien inicia y ella solo se deja llevar, aunque solo hasta cierto punto al no saber cómo continuar.

Los besos de Mina van descendiendo por el cuello de Tzuyu al tiempo que sus piernas se acomodan a cada lado de su cuerpo iniciando un vaivén que encanta a ambas. Juntas en su mundo de besos mojados, mordidas y caricias, están tan entretenidas que se sobresaltan al sentir los toques de Sana en la puerta llamándolas a desayunar.

Mina regresa a su lugar agitada y muy disgustada. Tzuyu permanece más bien en silencio tratando de despejar la mente.

—Vamos antes de que se le ocurra abrir esa puerta y echarnos agua fría —ríe minimizando la vergüenza.

Ambas bajan a desayunar, Tzuyu jugando con la comida distraída en el montón de pensamientos que se le vienen a la mente gracias a la anterior situación.

Las dos amigas se van a la universidad y Hoseok a trabajar dejando a Tzuyu a cargo de la casa en la mañana. La chica se acuesta en el sofá a jugar el juego de la culebra en su teléfono hasta un par de horas después que Momo hace acto de presencia en casa. Dominó la recibe con tal amor que Tzuyu tiene que limpiar su pipí del piso otra vez.

—Mira Dominó, vino tu abuela a visitarte —dice Tzuyu con voz tierna.

—¡Cuál abuela! —le da un zape.

—¡No me pegues, Momo!

—¡Respétame entonces, Loser!

—Respétame tú.

—Vale ya —resta importancia—. ¿Las chicas se fueron a clase?

Tzuyu asiente sentándose de vuelta en el sillón.

—¿Tú no tienes clase de Termino-termo...?

—Termodinámica —completa—. ¿Cómo es que te sabes mis horarios?

—Me sé los de todas —comenta orgullosa.

—Tengo clase pero no fui, estoy con lo del juicio.

—¿Está todo bien?

—Paciencia, Loser, todo marcha sobre ruedas.

La chica de cabello azul se retira a la cocina a servirse un vaso enorme del jugo de naranja que preparó Sana más temprano. Mientras bebe de él en lo que revisa su teléfono, Tzuyu la observa con atención dudando en si pedirle un consejo a ella o esperar a que Sana vuelva de su clase en un rato más.

Finalmente la ansiedad le gana la batalla y se atreve a sacarla de su ensimismamiento.

—Oye Momo...

—¿Mmm?

—Necesi-necesito un consejo.

Momo se termina su jugo prestando atención a Tzuyu con una ceja levantada.

UNA PARTE DE MI ALMA // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora