Recostada en la pared del rincón más alejado del salón, Momo apura su cuarta copa de Whisky. Se pregunta qué será más rápido: si fingir un ataque epiléptico y acabar en el hospital o clavarse un cuchillo en el ojo y acabar en el loquero, estos pensamientos provocados por la escena de Sana bailando con el chico misterioso que no se le ha despegado en toda la noche.
Él la abraza por la cintura apegándola a su cuerpo bailando la canción lenta que suena en ese instante.
Momo hace una mueca por el amargo sabor del licor vaciándola por completo.
—Aunque claro, también podría acabar en la cárcel por estrangular a ese idiota que no para de susurrarle cosas en el oído —piensa en voz alta con la ira a flor de piel.
Sana ríe a carcajadas regalándole una sonrisa tierna a él y es todo para que la chica de cabello azul pierda la paciencia.
—¡No sí, el comediante número uno de todo el reino unido!
Está a punto de intervenir en la escena, cuando alguien más (gracias a Dios y evitándole una vergüenza y un problema), lo hace por ella.
La música es detenida de repente por un ya ebrio Nicholas que apenas puede mantenerse en pie. Está más que vestido para la ocasión con una camiseta de vestir azul y tenis del mismo color, en su mano derecha, tambalea una botella de licor medio vacía que no es difícil adivinar él mismo ha bebido.
—¡Feliz cumpleaños al amor de mi vida! —exclama llamando la atención de todos.
Mina se pone de pie de la silla que acababa de ocupar al lado de Tzuyu en ese tiempo que por fin se pudo deshacer de la atención de sus invitados, y va al rescate con la mejor de sus sonrisas fingidas.
—¡¿Nicholas, qué carajos?! —pregunta en un susurro alarmado intentando actuar normal.
—Creo que mi invitación a tu maravillosa fiesta de cumpleaños se extravió en el camino —mira encolerizado.
—Estás ebrio.
—Y drogado, pero aun así vine a la fiesta —la obliga a abrazarlo—. Vengo a pedirte perdón.
—Vámonos de aquí, la gente está empezando a murmurar.
Mina se lleva a Nicholas a la fuente detrás de las cortinas que la apartan para hablar a gusto. Una vez está alejada de las miradas de juicio, se suelta del agarre del chico asqueada por su hedor a alcohol y fuerte perfume masculino.
—Te amo...
—Nick, por favor.
—¡Lo hago enserio! —toma sus manos—. Siempre he estado enamorado de ti, es solo que... nuestras familias, ya sabes.
—Te conozco de hace veintidós años, Nick, y me sales con esto ahora.
—No había querido aceptarlo... tú siempre me has visto como tu hermano.
—Porque lo eres —intenta que entienda—. Crecimos juntos y fuimos criados como tal.
—¡Pues me importa una mierda! —aprieta su agarre—. Tú eres mía, yo te amo.
—Suéltame —se aleja con brusquedad.
—Perdón... perdón, yo no quise... estoy muy ebrio, ¿me acompañas por un vaso de agua?
El repentino cambio de actitud la confunde, pero decide por su estado no llevarle la contraria, en esos mismos veintidós años jamás lo había visto tan ebrio, así que no sabe cómo actuar al respecto. Después de que lo acompaña por un vaso de agua a la pequeña cocina, su actitud parece cambiar drásticamente. No se le despega en toda la noche a Mina bailando con ella y siendo extrañamente el caballero que siempre es.
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UNA PARTE DE MI ALMA // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)
RomanceUna parte de mi alma" debe su nombre a lo que es literalmente: Una parte de MI alma. Tzuyu es esa parte de mí que es vulnerable y con un montón de trastornos; mi parte neurodivergente (esa palabra la aprendí un día y me suena de lo más genial). Es e...