Tzuyu hace un gesto de dolor cada que el algodón toca sus heridas. Mina trata de ser lo más cuidadosa posible. De nuevo las lágrimas amenazan con salírsele al recordar la brutalidad de la que la chica del café ha sido parte, así no conozca los motivos y toda la historia, luego le preguntará.
Toma un poco de crema cicatrizante y la aplica con suavidad, también la crema mentolada para los moretones.
Mueve a Tzuyu más cerca poniéndose entre sus piernas para prestar especial atención a la herida entre su cuello y hombro. Allí se le ha abierto la piel más profundamente.
La pelinegra agradece al universo la cercanía de la otra por poder seguir admirando sus ojos de color. Los suyos propios le brillan encantados, nunca se cansará de admirar sus colores.
El repentino acercamiento de Mina hacia su cuello la sobresalta. La chica de cabello castaño la huele con una sonrisa poniéndole los vellos de punta como por millonésima vez en ese día. Siente el corazón acelerársele.
—Hueles a mí —aspira su aroma encantada.
—Me gusta —sonríe Tzuyu—. Tú hueles bien, hueles bonito.
—¿Cómo es oler bonito?
—Pues como tú —un encogimiento de hombros es toda la explicación que recibe por su parte.
La tensión no se tarda en subir, más aprovechando el momento en que Mina le venda las manos con cuidado y poniendo un poco de la crema cicatrizante sobre la pequeña herida en la comisura de Tzuyu. Otra vez esa cercanía y esos ojos suyos mirándola tan embobada la tientan a querer besarla, otra vez esa voz en su cabeza regañándola por pensar de más en cosas absurdas.
Tzuyu siente el frío recorrerle la columna por estar tan expuesta en todos los sentidos existentemente posibles en ese momento. Sus ojos son atraídos ahora por el lunar cerca de los labios de la nadadora. Se saborea los suyos propios no sabiendo que eso no es bueno para la cordura de la otra.
Mina traga entero y retira su dedo lentamente al terminar su trabajo exhalando profundamente.
—Ya estás —habla muy bajito, como sintiendo que si habla muy fuerte su burbuja se pinchará.
—Gracias —contesta Tzuyu todavía sin alejarse.
De hecho, es ella la que pierde la batalla contra sus instintos cerrando por completo el espacio entre las dos.
Apenas sus bocas se tocan, ambas se sienten estallar por dentro, y eso que nada más sus labios se posan sobre los de la otra sin ningún movimiento. Ambas cierran los ojos ante ese simple contacto que las eleva en una nube de sentimientos nunca vividos por las dos; les agrada ese sentimiento, les agrada esa cercanía, les agrada ese contacto.
Mina se muere de ganas por moverse en un beso más apasionado, pero se contiene, deja que sea la pelinegra quien lidere el momento y tampoco es que pueda pensar con claridad. Una de sus manos sostiene todavía la de la otra vendada, mientras su derecha le acuna la mejilla. Ese contacto que solo dura unos segundos es suficiente para robarles el aliento.
¿Cómo es que la vida la privó de eso durante tanto tiempo? Se pregunta Tzuyu por dentro. Es como en las películas... no, es incluso mejor porque es con Mina, la chica de ojos mágicos que ha sido tan paciente y amable con ella como nadie lo ha sido en toda su vida. El universo le está dando una probada de lo que es la gloria, la felicidad; de inmediato todos sus demonios corren a esconderse dentro del pozo del que salen siempre a atormentarla, es que nunca han visto tanta luz.
¿Esto es real?; ¿está pasando en realidad? —. Una sola cosa tenía que hacer la chica del café y era salvarla de aquel pervertido en el bar y no volver a aparecerse en su vida...
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UNA PARTE DE MI ALMA // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)
RomanceUna parte de mi alma" debe su nombre a lo que es literalmente: Una parte de MI alma. Tzuyu es esa parte de mí que es vulnerable y con un montón de trastornos; mi parte neurodivergente (esa palabra la aprendí un día y me suena de lo más genial). Es e...