"Anhelo", guarda para desatar una tormenta de emociones que solo se intensifica después de haber recorrido las páginas de "Prohibido".
Los caminos de Alena Russell y Alexander Hoffmann se cruzan una vez más, luego de años en que la vida los ha separ...
Capitulo por llegar a la meta y superar los comentarios, son unas cracks. Disfruten del capitulo, dejen su estrellita. Las amo.
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—Te amo y siempre te voy a amar.
Despierto y la primera escena que me llega a la mente es la de ella inyectándome, susurrándome que me ama.
«¡Amarme una mierda, maldita insensata!»
La sangre en mi cuerpo hierve, mis pulmones comienzan a trabajar a máxima velocidad cuando recobro los sentidos; la ira me corroe la maldita alma.
«¡¿Cómo se atreven?! ¡¿Cómo se atreven a arrebatármela?!»
No hay que ser muy inteligente para saber que esa maldita loca insensata se sacrificó, siempre haciendo lo que se le da la gana, arriesgándose y... «Juro que esta sí no se la paso». Los ojos me arden, y siento como si me clavaran miles de dagas en el pecho de imaginarme la mierda que le estarán haciendo ahora.
Nunca había experimentado este tipo de furia, esta ira que me corroe hasta los huesos. Logro incorporarme, viendo mi pecho bañado en sangre y mi cuerpo lleno de tierra seca. Noto que estoy en un avión de combate, pero no es de los míos, no reconozco el modelo, parece ser de una serie nueva.
Miro la hora logrando que la saliva se me vuelva amarga, siento como si un maldito rayo se hubiese estampado contra mi pecho, ya que la piel se me electrifica al saber que la han tenido tantas horas.
«¡Hijos de puta!»
Me paso la mano por el cabello analizando todo, mi mente comienza a planear, necesito encontrarla antes de que me quede sin oxígeno para vivir; en ese proceso observo cómo un infeliz entra al avión, quedándose pasmado por segundos.
La rabia se desata en mi interior, y mi mirada atraviesa al intruso, quemándolo con la furia que emana de cada poro de mi ser. El infeliz queda petrificado ante mí; estoy a punto de irme encima cuando mis ojos se posan en Jack y los demás que están detrás del perro que me mira no sé cómo.
—¡¿Dónde mierda está?! —les grito y por un segundo veo cómo todos, por instinto, dan un paso para atrás.
—La tienen, aún no sabemos quién. —responde el tipo que tengo enfrente, levantándome la mirada, colocándose en una postura de pelea, preparándose por si decido atacarlo.
—¿Tú quién putas eres? —le pregunto y este se yergue, manteniéndome la mirada, no muchos son capaces de eso.
—Soy el capitán T. Lambert, miembro activo de la Bratva. —responde y no necesito más para irme encima de él; le suelto un puñetazo que lo manda fuera del avión. Mis hombres se hacen a un lado; el infeliz se incorpora limpiándose la sangre del labio con el antebrazo, sonríe, se me lanza, suelta un gancho que estampa contra una de mis costillas.
Es rápido.
Me burlo esquivando otro golpe que quiere lanzarme; le golpeo el rostro, se tambalea por segundos, pero no flaquea, trata de someterme, y me burlo, ya que en este momento no hay razón en mí; la ira, la rabia me vuelven esa bestia que todos temen, ese ser que dejé de ser hace años, me devuelvo a Death cuando era el invicto, cuando mi único propósito en la vida era pelear hasta romperme el último hueso.