Capítulo 13

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Nenas el maraton es largo asi que ponganse comodas, pongan su play list favorita y preparense un cafe antes de iniciar.❤️🫣

Es el primer maraton que subo despues de mucho, denle mucho amor votando en cada capitulo para seguir subiendo maratones. 

Seattle

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Seattle

—Señor —entra Max con una expresión preocupada.

—Dije que necesitaba estar solo.

—Lo sé, pero este asunto con Samuel se está saliendo de control. Valeria y Jack se la pasan peleando como perros y gatos. Intentaron inyectarle el suero a Samuel, pero le causó una reacción alérgica que le provocó un paro cardíaco.

—¿Supongo que ya hablaste con los malditos científicos para empezar a crear un suero que pueda tolerar? —respondo, apretando el puño mientras firmo los documentos. El maldito dolor de cabeza no cesa. El recuerdo de ella tomando su mano me atormenta.

«¿Cómo se atrevió a elegirlo sobre mí?» «¿Te recuerdo que fuiste un maldito idiota?»

—¿Solo eso le preocupa? Samuel estuvo a punto de morir.

Me masajeo la sien con frustración, mirándolo con un destello frío en mis ojos.

—Sí, ya hablé con los científicos. Empezarán a crear un nuevo suero, mientras tanto, Samuel estará vigilado las 24 horas del día y no sé le permitirá participar en nada relacionado con la misión —me dice, soltando un suspiro de exasperación.

Me importa un carajo quién haya regresado de entre los malditos muertos. Ese hijo de puta tiene una maldita conversación pendiente conmigo. Aún no sé me olvida que él era el único que sabía que Alena tenía un jodido rastreador. Más le vale recuperar la memoria y darme una explicación convincente, o lo arrojaré a una maldita trituradora por traidor.

De todos, podría tolerar fallas, menos de él. Es por eso que ya no confió ni en mi propia sombra, no desde que por culpa de una maldita rata, todo lo que tenía se desmoronó por un maldito acto de deslealtad.

—Bien, aprovechando que estas aqui, arregla todo para mi regreso, la anciana murió, en dos días se firmaran los acuerdos y se cerrará la compra, pero eso lo hará el administrador —ordeno con voz cortante. No puedo soportar ni un maldito día más aquí. Si vuelvo a verla con él, si ella vuelve a mirarme con odio, no podre contener todo este jodido torbellino de celos y desesperación que está acabando con mi cordura.

—Como ordene.

Lo veo salir mientras concluyo con mis obligaciones. Esto es lo que debería haber hecho desde el principio, debería haberme alejado antes de que ella volviera a arruinarme la vida. Si tan solo se hubiera entregado a otra rata, no estaría hirviendo en esta maldita furia. Pero no, tenía que correr a los brazos de ese pedazo de mierda humano.

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