Capítulo 9

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—Señorita Meyer, el escritor André está aquí

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—Señorita Meyer, el escritor André está aquí. Quiere ver a la señora Lia, pero ella tuvo que ir a un compromiso con los padres de la señora Tamara —me informa el asistente, su voz tintineando con una nota de diversión que ambas compartimos en secreto ante el título exagerado para Tamara.

—Dile que pase, por favor —respondo con una sonrisa forzada, manteniendo la risa que amenaza con escapar. Si Tamara se enterara de que le llaman "Señora", sería una escena digna de una comedia romántica.

Inhalo hondo mientras me preparo para el enfrentamiento que se avecina. La figura de André, el escritor problemático, entra en mi oficina. Estoy harta de sus excusas y retrasos, y ya no tengo tiempo para dar rodeos.

—André —lo saludo con una frialdad apenas contenida—. Toma asiento.

Él parece un poco sorprendido por mi actitud. Tal vez está acostumbrado a lidiar con Lia, quien es más propensa a la empatía y la paciencia.

—¿Cómo se encuentra, señorita Meyer? —pregunta, intentando sonar amable.

—Preocupada, André. En primer lugar, quiero decir que estoy realmente emocionada por la historia que ha creado —comienzo, manteniendo mi tono firme—. Los personajes son cautivadores y la trama es envolvente. Sin embargo, hemos notado que ha habido cierta lentitud en la entrega de los capítulos.

Sus cejas se fruncen ligeramente mientras absorben mis palabras. No estoy dispuesta a dejar que evite la responsabilidad con sus típicas excusas.

—La verdad es que he estado enfrentando algunas dificultades para encontrar la inspiración necesaria para avanzar rápidamente —se defiende, como si esa fuera una justificación válida.

—Entiendo que la creatividad puede ser complicada, pero también necesitamos mantener un ritmo constante para asegurarnos de que la obra se publique en el momento adecuado. Los lectores están esperando ansiosamente la siguiente parte de la historia —replico, sin ceder terreno.

—Lo sé, y te agradezco por tu paciencia. Estoy comprometido con esta obra y quiero que la obra salga lo mejor posible —comienza a decir, pero lo interrumpo con un gesto de la mano.

—Justamente por eso se pidió esta reunión. Necesito que entiendas la gravedad de la situación. Hemos acumulado más de tres meses de retraso en la publicación de la segunda parte de tu obra. Y ten en cuenta que todavía faltan tres libros más para completar la saga.

André me mira con sorpresa, quizás no esperaba que lo enfrentara con tanta firmeza. Pero ya no estoy dispuesta a ser indulgente.

—Pues que te digo lo bueno se hace esperar, y por eso viene necesito me amplíen el tiempo —contesta mirando sus uñas.

—No —sentencio, dejando que la palabra se expanda en el aire tenso—. Quiero los capítulos para las fechas acordadas o prepárate para una demanda por incumplimiento de contrato. No me interesa seguir trabajando con un irresponsable que prefiere las fiestas a cumplir con sus compromisos. Así que no, André, no te daré más plazos. O te pones a trabajar en serio o cancelamos el contrato y pagarás la multa estipulada.

AnheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora