—Este medicamento acelerará su proceso de recuperación. Fue difícil conseguirlo, pero aquí lo tiene. Debe aplicárselo justo después de salir del baño, con la piel todavía húmeda. Notará que las heridas adquieren un tono rosa claro, pero eso es debido a los componentes del gel. Luego, deberá colocarse estas vendas especiales, las cuales ayudarán a que sus costillas sanen más rápidamente. En un plazo máximo de dos semanas, debería estar completamente recuperada —le explica la esclava a Jared, misma que recientemente reveló que se llama Samira.
Isabella sigue convaleciente, a pesar de los esfuerzos del médico por curarla; su piel se niega a sanar. Por eso, Jared tuvo que presionar a Akim, advirtiéndole que no le proporcionaría una nueva dirección hasta que le entregara el medicamento necesario. Ante la presión de Oleg y sus hombres, Akim no tuvo más opción que acceder. Envío a Samira para que le pidiera a Xena, la "colibrí" de Zmey, que preparara el medicamento. Xena no dudó en prepararlo, sabiendo que Isabella es importante para Morgan.
—Deberías ponerte un poco —le sugiere Jared, levantándose de su asiento. Ella se tensa, baja la mirada y se pone nerviosa. A pesar de las semanas que lleva cuidándolos, no puede acostumbrarse a ver el rostro de su señor en Jared.
—No puedo, es un medicamento muy costoso —responde con voz temblorosa, mordiéndose el labio inferior mientras Jared se acerca a ella. Él toma la bandeja de sus manos y la coloca sobre la mesa.
—No tienes que agachar la cabeza conmigo, Samira —le dice, pronunciando su nombre. Esto la hace levantar la cabeza de golpe, encontrándose con sus ojos. Son unos ojos oscuros que escrutan su rostro. Sus mejillas se tiñen de rojo y su corazón late con fuerza, ya que nadie la había mirado así jamás.
—Por favor, no me mires así —le ruega la mujer, completamente hipnotizada por la atención de Jared. Él le sonríe, acariciando su mejilla con ternura, y ella cierra los ojos por inercia, pero los vuelve a abrir casi de inmediato. Necesita saber si es real. Si realmente un hombre como Jared Hoffmann se está preocupando por ella.
—Le doy mucho dinero a tu señor, no importa cuánto valga. Ponte un poco tú también, no me gusta ver a ninguna mujer así —le dice Jared, tomando el tubo de gel y entregándoselo. —Anda, ve al baño a ponerte un poco.
—Mi señor se molestará —responde ella nerviosa, su mirada se desliza hacia la pulsera que adorna su muñeca, recordándole que su tiempo es limitado. Solo dispone de diez minutos con ellos antes de que los códigos cambien y se vea forzada a retirarse. —La dirección, por favor — solicita, y Jared asiente.
Toma el gel y comienza a aplicárselo mientras le proporciona las coordenadas, las cuales ella memoriza sin dificultad alguna.
—Son 30 millones de euros sin marcar —le dice, terminando de colocarle el gel. —Dile que no vuelva a lastimarte así. Si lo hace, adviértele que la cantidad de dinero que le entregue se reducirá a la mitad. Puedes decirle que me encariñé contigo y que si envía a otra persona, no recibirán nada —finaliza con una sonrisa intensa, provocando un vuelco en el corazón de Samira.
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Anhelo
Romance"Anhelo", guarda para desatar una tormenta de emociones que solo se intensifica después de haber recorrido las páginas de "Prohibido". Los caminos de Alena Russell y Alexander Hoffmann se cruzan una vez más, luego de años en que la vida los ha separ...