"Anhelo", guarda para desatar una tormenta de emociones que solo se intensifica después de haber recorrido las páginas de "Prohibido".
Los caminos de Alena Russell y Alexander Hoffmann se cruzan una vez más, luego de años en que la vida los ha separ...
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09 de Agosto 2028
Me recuesto en el respaldo del asiento, estamos a punto de llegar a Washington, mi hermano nos pidió regresar «Más bien nos lo ordeno» Han pasado ya cuatro años desde la última vez que puse un pie en suelo estadounidense, y si debo ser honesta, nunca habría considerado volver. Madrid, con su sensación de seguridad y familiaridad, se había convertido en mi refugio, un refugio que ahora parece resquebrajarse ante mis ojos.
Un nudo incómodo se forma en mi garganta, como si la ansiedad y los recuerdos comenzaran a asfixiarme. Inhalo profundamente, tratando de ahogar los pensamientos que amenazan con arrastrarme hacia un abismo de preocupaciones y dudas. Pero sé que esos pensamientos no me conducirán a ningún lugar, son como las sombras que se desvanecen cuando la luz se enciende.
Miro a través de la ventana y veo el paisaje que se despliega ante mis ojos. Washington se acerca, y con cada kilómetro que avanzamos, siento que el pasado se mezcla con el presente de una manera inquietante.
—¿Nerviosa? —me pregunta Lucia, sujetando mi mano.
—Algo, pero ahora, me siento mucho mejor —le respondo besando la palma de su mano y acercándome a ella para besarla.
Lucia ha sido mi novia desde ya hace 2 años, la conocí en Madrid mientras visitaba el Museo del Prado, ella era la guía de turistas, nos dio un recorrido bastante interesante, su narración nos sumergió en el mundo de Velázquez, Goya, El Bosco, Rubens y Tiziano, maestros de la pintura que dejaron una marca indeleble en aquella época. A medida que Lucía nos habló con pasión sobre cada pincelada, cada trazo, sentí una conexión especial con su conocimiento y entusiasmo por el arte.
Aquel día, mientras me perdía en las obras que adornaban las paredes del museo, también me perdí en su presencia. Su voz resonaba como un eco suave y cautivador, y sus ojos brillaban con una chispa única. No solo me enseñó sobre la historia del arte, sino que también me mostró una perspectiva del mundo que compartimos.
Desde entonces, Lucía ha sido más que una guía turística en mi vida. Se convirtió en la historia que quiero escribir y en la compañera con la que deseo compartir mi vida, es por eso que le dije que sí, cuando me pidió ser su esposa.
En parte por eso también regresamos, mi padre quiere que mi boda sea por todo lo alto, para él merezco toda la grandeza que me pueda dar.
—¿Crees que le caiga bien a tu hermano? —me pregunta mientras se recarga en mi hombro.
—No —me sincero, Alexander ya no es el mismo. Antes, solía mostrarse más abierto, especialmente con mi madre y conmigo. Sin embargo, ahora apenas cruzamos palabras, pareciera que se ha construido un muro entre nosotros.
Sabemos de él, ya que lo medios lo nombran cada 5 segundos, en tan solo cuatro años, ha llevado a la compañía al siguiente nivel, convirtiendo al grupo Hoffmann en la empresa más poderosa y rica a nivel global. Este logro lo ha colocado en un pedestal de admiración para muchos, pero el verdadero momento que conquistó los corazones de todo un país fue cuando dono millones para reconstruir Nueva York tras los devastadores atentados, obvio él lo hizo porque fue el culpable pero para los demás, fue un acto de generosidad. —Como te dije mi hermano es demasiado duro, frío e inexpresivo, no quiero que te sientas mal si no te habla, él es así.