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Como os prometí, aquí tenéis un
capítulo extra para agradecer
las 5k visualizaciones en
'Ritual'

Espero que disfrutéis de este
nuevo capítulo y, de nuevo,
muchísimas gracias por vuestro apoyo

💚☺️

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Hades


Estaba inquieto.

No pude pegar ojo durante toda la puta noche arañándome la piel el hecho de que ella estuviese durmiendo en otra habitación y con ese malnacido. ¿Por qué de todas las malditas personas que existían en este miserable planeta ella tuvo que conocerle a él?

No era ningún secreto que ese idiota y yo no gozábamos de una relación idílica de hermandad. Lo odiaba y él me odiaba a mí, pero la familia iba por delante de todo y debíamos guardar la compostura en ciertas ocasiones.

Cuando hace más de dos años tomó la decisión de largarse a Reino Unido a llevar una de las sucursales del imperio Rydenhat me alegré. ¿Tener a ese miserable alejado de mí un buen tiempo? Mi mayor deseo desde que éramos apenas niños… Pero el muy imbécil había tomado la decisión de regresar al país, y para hacer más llamativa su vuelta, lo hizo de la mano de la única persona que nunca imaginé ver junto a él, con mi pequeña ratoncita.

Verla con él me hizo caer en la conclusión de que ella había estado residiendo en aquel país en todo este tiempo. Nunca pude dar con ella, le había perdido completamente el rastro, y cuando creí que rozaba el borde de la locura, ese imbécil me la trajo de vuelta y, para colmo, presentándola como su novia.

¿¡Su novia!?

Mi interior ardía en rabia cada vez que recordaba aquello. ¿Su novia? ¿El muy hijo de puta había encontrado pareja? ¿El mismo tío que siempre juró nunca mezclarse con ese tipo de sentimientos? ¿El mismo al que nunca le importó los sentimientos de las mujeres? ¿El que las usaba como simples pañuelos de usar y tirar?

     “¿Te das cuenta que te estás describiendo a ti mismo?”

—Cállate, insoportable. —Resoplé cerrando los ojos. Mi conciencia volvía a hacer de las suyas.

     “¡Genial! Y ahora acabas de insultarte”

Pincé el puente de mi nariz y me dejé caer en el respaldo del sillón de mi escritorio.

—Yo cambié.

     “¿Eso crees?”

—Ujum… —Aseguré manteniendo mis ojos cerrados, aún hablando conmigo mismo.

Hacía tiempo que acepté que había perdido la cabeza por hablar con mi propia conciencia en los momentos de soledad.

     “No mientas, Hades”

—No lo hago. —Repliqué posando mis manos en cada posa brazo. —Hace mucho que dejé de tratar de esa forma a las mujeres.

     “No por decisión propia precisamente”

Gruñí molesto. Odiaba incluso que mi conciencia osara a rebatirme y malmeterme a mí mismo de aquella forma.

Ritual II: La historia comienza... ¿de nuevo? © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora