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Debra
Salí corriendo de vuelta por aquel pasillo golpeándome con cada persona que había a mi alrededor.
*-¡He dicho que vuelvas a la habitación!*
Limpié mis lágrimas mientras subía los escalones a toda prisa dirigiéndome a la habitación de Hades.
-Maldito idiota. -Cerré la puerta con fuerza y caminé rápido hacia el mueble junto a la puerta del baño para coger mis cosas.
Sujeté la bolsa donde había traído la ropa que usaría para pintar los cuadros y los utensilios que necesitaría para ello y comencé a llenarla de todo aquello que traje.
Me sentía mal. Era la primera vez en muchísimo tiempo que Hades me gritaba de esa forma. Sentí su enfado, su malestar. Era consciente de que algo había ocurrido allí abajo y, por los gritos que oí desde la otra habitación y el tumulto de personas del servicio agolpado alrededor de Hades en aquel pasillo bajo la escalera, confirmé que algo no andaba bien.
Fui consciente de las caras de asombro de la mayoría de las mujeres que se dedicaban a las labores y de los guardias que vigilaban la casa, pero lo que hizo saltar mis alarmas por completo fue ver la espalda de Hades tensarse en cuanto me escuchó. No hizo el más mínimo gesto de volverse a verme y quise acercarme con la esperanza de que me permitiera estar con él y saber qué ocurría, pero no esperé que se moviese un poco para ocultarme lo que fuera que estuviese delante de él y que me ordenara de esa forma que regresara a la habitación.
Si esto tenía algo que ver con aquello que a día de hoy aún persistía en ocultarme, ya estaba cansada. Ya no soportaba sus evasivas y secretos. A partir de ahora no volvería a acercarme a él hasta que estuviese dispuesto a confiar en...
-¿Uh? -Dejé mis pensamientos a un lado al oír un ligero sonido. -No...
Me giré al creer reconocer ese sonido y enseguida tiré la bolsa para correr directa a la puerta.
-No. -La puerta. -¡No! ¡No! -La estaban cerrando con llave. -¡No! ¡Abrid la puerta! -Sujeté el pomo y lo giré inútilmente. Tiré de él haciendo fuerza con la esperanza de abrirla, pero no servía de nada. -¡Abridla! -Golpeé con fuerza la madera permitiendo que la angustia inundara mis sentidos y mis lágrimas volviesen a aparecer. -¡Hades, ábrela! -Volvía a golpear y empujar sin éxito. -¡Por favor, Hades, abre la puerta!
Oía voces al otro lado, pero apenas entendía lo que decían ya que hablaban en un tono lo suficientemente bajo para no escucharles con claridad. Mientras tanto yo seguía aporreando la puerta sin cesar, añadiendo en ocasiones algunas patadas.
Mi pecho subía y bajaba sin control y un atisbo de miedo se alojó en mi interior.
*-No me o-obligues a mostrarte lo que s-soy, por favor...*
¿Qué era Hades? ¿Qué clase de persona se escondía tras Hades Rydenhat? ¿Quién era en realidad la persona de la que me había enamorado?
*-La gente está muy equivocada en cuanto a lo que creen saber acerca del gran Hades Rydenhat... Mi querido hermano no es ni de lejos la persona que todos piensan que es.*
Las palabras de Eros comenzaban a inundar mi mente y la desconfianza y el temor crecían cada vez más.
-Eros...
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Ritual II: La historia comienza... ¿de nuevo? ©
De TodoTodo acabó de la peor manera para Hades Rydenhat. Descubrir que su pequeña lo había abandonado, que se había marchado sin dejar una sola pista que pudiese ayudarle a encontrarla de nuevo lo mantuvo muerto en vida por segunda vez. Debra Vanners tampo...