_10_ (Segunda Parte)

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Debra


-Debra, por fav...

-¡Déjame!

Cada uno se encontraba en un extremo de la isla central de la cocina. Nuestros pechos se movían rápido a causa de nuestras agitadas respiraciones a causa de esa carrera que nos obligué a dar. Cada uno tenía sus manos apoyadas contra el frío mármol y ninguno le quitaba el ojo de encima al contrario.

-Tienes que escucharme.

-¿¡Para qué!? -Respondí de inmediato. -¿¡Para que sigas mintiéndome!?

-¿Qué? -El desconcierto volvió a aparecer en su rostro.

-¿¡Qué parte de 'desaparece de mi vida' no entendiste, Rydenhat!?

Una pequeña sonrisa burlona se dejó ver en sus labios al tiempo que agachaba su cabeza para luego levantarla de nuevo un poco, lo suficiente para verme con demasiada seguridad en él.

-¿Y tú qué parte de 'no dejaré que vuelvas a alejarte de mí' no entendiste, ratoncita?

-M-Maldito p-paranoico... -murmuré volviendo a sentirme nerviosa al ver cómo sus brazos se tensaban y su sonrisa se hacía aún mayor.

Estaba esperando mi reacción cuan animal a la espera del próximo paso en falso de su presa.

Fin.

Estaba completamente perdida.

-¡Ven aquí!

Abrí mis ojos de par en par y esbocé un pequeño grito al ver cómo decidía dar el primer paso y retomar la persecución. Rodeó la isla obligándome a correr una vez más. Hui directa a la puerta de la cocina, sujeté la manilla y tiré de ella abriendo con ligereza.

-Te tengo...

Todo mi cuerpo se paralizó por un segundo en cuanto fui atrapada.

A la mierda todo.

-¡Suéltame!

Me moví sin miramientos, tan sólo quería deshacerme de su agarre, volver a huir de él aunque la última opción que me quedase fuera saltar por el balcón del apartamento.

-¡Cálmate!

¿En serio me había dicho eso?

-¡Que me sueltes! -Seguí pataleando mientras veía cómo me levantaba y me llevaba de nuevo hacia el salón.

-¡No lo haré hasta que te calmes!

Su voz potente, autoritaria y...

"Jodidamente sensual"

-"¡Oh, cállate!"

Maldita conciencia.

-¡No voy a calmarme! -Seguía tratando de zafarme como fuese. -¡Así que suéltame!

Volví a tocar el suelo con los pies. Callé por un instante al sentirme libre por un momento, pero esos fugaces segundos pasaron y mis manos fueron de nuevo apresadas. Giró mi cuerpo para tenerme frente a él, me empujó con un poco de fuerza por la cintura estampándome por segunda vez contra la pared.

Ritual II: La historia comienza... ¿de nuevo? © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora