_44_ (Primera Parte)

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Hades


No funcionaba. Los días continuaron corriendo y ella seguía sumida en una profunda tristeza, culpándose por haber defraudado a todos a su alrededor. Se encerró noche tras noche en la habitación a llorar como una niña pequeña desconsolada y sólo lograba encontrar un poco de paz cuando se encontraba en mis brazos. Sólo conmigo era capaz de olvidar un rato todo lo que creía haber hecho mal.

Después de afrontar la realidad y enfrentarse a Rachel quiso ir detrás de ella, pero no lo pude permitir. No conocía completamente a esa pelirroja, pero basándome en todo el veneno que fue capaz de soltar por su boca para atacar a su propia amiga como lo hizo, no iba a permitir que la avasallara más. La bofetada que le propinó era algo que jamás lograría perdonarle, todo aquel que osara rozar a mi mujer no merecía ni siquiera preservar su existencia en este mundo, y a pesar de que yo no podía hacer nada contra Rachel Cannagan para cobrarme su osadía, no significaba que obviara que la pelirroja se había sentenciado para siempre frente al Amo, frente a mí.

Viviría gracias a Debra, pero jamás volvería a ser respetada por mí.

En cuanto al resto de los Cannagan…

Debra trató de ponerse en contacto con Mandy, incluso con Missy también en numerosas ocasiones, pero no recibió respuestas a sus llamadas, tan sólo un escueto mensaje por parte de Mandy Cannagan pidiéndole un tiempo para que toda la familia asumiera lo que había pasado entre ella y yo y el hecho de que ocultáramos la verdad.

A Debra le dolía haberles defraudado a todos ellos, a esas personas que la acogieron desinteresadamente tras la pérdida de su padre. Se odiaba a sí misma por no haber sido valiente y afrontar la verdad, pero no debía fustigarse tanto, a fin de cuentas yo tampoco le dejé opción y… el ritual no era algo que cualquier persona llegara a entender sin ser testigo.

Aaron Carter. Él fue otra de las personas que se puso en contacto con ella tras conocer la noticia de mi beso con Debra. La llamó apenas unas horas después de su enfrentamiento con Rachel pidiendo explicaciones. Recibió respuestas a cada una de sus dudas a pesar de no encontrarse con fuerzas para dar la cara delante de nadie más. Aaron le aseguró que el escándalo no influiría en su trabajo, al contrario, la Sede de Nueva York parecía estar eufórica ante la idea de contar con la actual pareja del gran empresario Hades Rydenhat. Malditas sanguijuelas…

Pero ahí no acababa esta desgracia.

Que esa desafortunada foto se filtrara provocó que una lluvia de periodistas se alojaran frente a la cancela de la propiedad sedientos por hacerse con la más mínima información, pero no iba a exponer a mi ratoncita de esa forma, no cuando todo esto había sido culpa mía.

Mis hombres mantuvieron alejados a esos chupasangres de los alrededores y se aseguraron de que ningún intruso lograra pasar los límites. Debra lo que menos necesitaba en ese momento era verse ahogada en una jaula de hienas hambrientas de información acerca de “La nueva novia de Hades Rydenhat”, ella necesitaba calma, tiempo para procesar.

—Mi vida… —Pronuncié bajito acercándome a ella.

Tantos días habían pasado y no me di cuenta de lo rápido que llegó el día de la fiesta anual. Dejarla sola en casa nunca fue una opción, incluso si lo nuestro nunca hubiera llegado a salir a la luz de aquella forma, Debra habría venido conmigo, jamás la hubiera dejado en Phoenix desprotegida sabiendo que Marcus y Eros seguían sueltos.

Ritual II: La historia comienza... ¿de nuevo? © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora