_______☆☆☆_______
Debra
-¿Te sientes bien?
No era la primera vez que me lo preguntaba, durante todo el trayecto desde la casa de su hermano hasta mi apartamento me lo repitió al menos cuatro veces buscando una respuesta sincera y como no podía dársela, simplemente asentí como en las anteriores veces.
-¿De verdad no quieres que me quede contigo, estrellita? -Dio un paso al frente atravesando el umbral de la puerta, alzó la mano y retiró un pequeño mechón que entorpecía mi vista. -No creo que sea buena idea dejarte sola después de...
-Estoy bien. -Callé sus palabras, no quería darle más vueltas a algo a lo que no podía dar marcha atrás.
Sujetó mis manos entre las suyas y las condujo hasta su boca. Dejó un pequeño beso en ellas y luego las colocó en su pecho.
-Prométeme que me llamarás si necesitas algo. -Presionaba un poco sus dedos. -No me importa la hora que sea, tú solo llámame, ¿de acuerdo?
Asentí mostrándole una fugaz sonrisa. No podía mentirle, él sabía perfectamente que no me encontraba bien, pero que necesitaba estar sola para reacomodar mis ideas.
Se deshizo del espacio que quedaba y me rodeó hasta formar un abrazo al que correspondí sin dudar.
-Descansa, estrellita. -Asentí de nuevo al tiempo que se alejaba de mí tras dejar un pequeño beso en mi frente. -Mañana volveré a verte.
Me echó una última ojeada, resopló dejándome clara su disconformidad ante la idea de dejarme sola y al fin se marchó. Cerré la puerta, y como si el mundo entero se hubiese dejado caer sobre mí, comencé a llorar.
Mis manos posadas en la fría madera frente a mí se deslizaban al mismo tiempo que mi cuerpo caía de rodillas al suelo. Mi frente quedó contra la superficie en lo que mis ojos se cerraban y ese intenso dolor en mi pecho volvía a abrirse camino.
La noche no debió haber acontecido así.
[FLASHBACK]
-Creo que deberíamos dar por finalizada esta cena, señor Rydenhat.
Eros me mantenía abrazada y Daisy continuaba arrodillada a mi lado con mis manos en las suyas.
-Creo que papá tiene razón. -Oí decir a Mandy. -Deberíamos irnos.
-P-Pero...
Escuchar la entrecortada voz de Hades provocó que, sin alejar mi rostro del hombro de Eros, lo viese. Su mirada clavada en la mía, atravesándola y absorbiendo todo el sufrimiento que había llevado conmigo durante meses.
-Sí... -Eros me sacó de mi ensimismamiento haciendo que cortara esa conexión con su hermano. -Estoy de acuerdo, -vi cómo observaba demasiado molesto a Hades -deberíamos irnos.
Procedió a ponerse en pie conllevando a que Daisy soltara mis manos y replicara nuestros movimientos hasta quedar en pie junto a nosotros, aunque continuaba sin alejarse mucho de mí.
Eros seguía abrazándome y, ignorando a su hermano, nos dirigió hacia la salida seguidos de todos los demás.
Escuché a los hermanos Cannagan despedirse de él, pidiéndole disculpas por lo acontecido y asegurando una nueva reunión. La voz de la pelirroja fue la siguiente que oí despidiéndose de Hades, seguidas de Missy y Mandy y por último, la señora Loreen. La señora Daisy junto a Eros fueron los únicos que hicieron caso omiso del anfitrión por no querer dejarme sola.
ESTÁS LEYENDO
Ritual II: La historia comienza... ¿de nuevo? ©
AcakTodo acabó de la peor manera para Hades Rydenhat. Descubrir que su pequeña lo había abandonado, que se había marchado sin dejar una sola pista que pudiese ayudarle a encontrarla de nuevo lo mantuvo muerto en vida por segunda vez. Debra Vanners tampo...