_15_ (Primera Parte)

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Hades

Llevaba poco más de una hora sentado a la mesa hablando con los señores Cannagan sobre asuntos empresariales. Ellos seguían interesados en hacer negocios conmigo, pero yo tenía muy claro que la línea con ellos finalizaba donde empezaba Debra. Ella era la única y verdadera razón por la que me acerqué a ellos, sólo ansiaba encontrar un mínimo de información referida a ella para lograr encontrarla y por eso figuraban en la lista de invitados en la inauguración de mi sucursal en Phoenix.

Me importaba demasiado Debra como para cruzar esa línea de introducir a la Extern Company en mis negocios. Nunca tuve en mente el propósito de enredar a esa familia que tanto ayudó a mi ratoncita en mi oscuro mundo. No quería hacerles pender de un hilo al saber toda la verdad acerca del auténtico Hades Rydenhat y mucho menos jugármela a que ella lo descubriese todo y la perdiese para siempre.

Debra, ella era la razón por la que evadía siempre las propuestas de los Cannagan a asociarme con ellos a pesar de ser un negocio altamente beneficioso.

Definitivamente la prefería a ella sin lugar a dudas.

-Sólo un poco aquí...

Desvié sutilmente mi mirada de los hermanos Cannagan hacia Eros al oír su voz. Mis dedos presionaron alrededor del cubierto al ver cómo ese idiota retiraba algo de la boca de Debra con sus dedos entre leves sonrisitas. Me ponía enfermo.

Levantarme, ir hacia él y partirle la cara se convertía en la solución más factible a cada segundo que sus dedos se mantenían en sus labios. ¡Dios! Sólo quería cortárselos y hacérselos tragar uno a uno al muy desgraciado por atreverse a tocarla.

-Discúlpenme un momento, por favor. -Anuncié levantándome de mi asiento y recibiendo la atención de absolutamente todos en esa mesa.

La mayoría asintió entre tiernas sonrisas, pero yo me mantuve viéndola a ella, quien mantenía su mirada en su plato.

Los dejé a todos en el comedor y yo me encaminé al baño, necesitaba refrescarme para controlar mi rabia y no volverme loco, de lo contrario atentaría contra mi propio hermano sin importarme la presencia de todos los demás y lo abriría en canal sobre la mesa donde comíamos.

Mojé mi cara, retiré el excedente de agua y me miré a través del espejo. Mis ojos se abrieron levemente al contemplar la presencia de alguien más en ese baño.

-Hay otro servicio más justo al lado de este, pelirroja.

Y sonrió. Me di la vuelta y mientras la observaba caminar en mi dirección, yo me dejaba caer sobre el lavamanos.

-Pero lo que quiero hacer solo puedo hacerlo en este...

Sus manos fueron directas a mi pecho, su cuerpo impactó contra el mío y su boca acabó en mi cuello recorriéndolo con suavidad con sus labios.

-¿Y qué se supone que quieres hacer aquí? -La tomé de la cintura y nos hice girar para atraparla a ella entre mi cuerpo y el lavamanos.

Mordió su labio inferior y sus manos subieron por mis hombros buscando parar en mi cuello. Esta chica era realmente ardiente, tenía claro su objetivo: Yo. Y no iba a parar hasta tenerme.

Ritual II: La historia comienza... ¿de nuevo? © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora