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Y entonces un día lo peor que podía pasar pasó, todo era oscuridad, confusión y desagrado en mi.

— No solo encontraron ADN de Elio en el cuerpo de Hazel, sino también en el cuerpo de Iris. Tu prueba del collar no sirvió para conseguir al asesino, pero la información genética que tenía si.

Recordaba las palabras de mi hermana, que recaían con pesadez en mi cabeza. Esperaba cualquier cosa menos esto, que el ADN de mi novio esté en los cuerpos de dos mujeres que fueron asesinadas de forma atroz, y que además una de ellas haya sido mi amiga es más de lo que alguien puede digerir.

— No quiero que Astrid esté involucrada en todo esto — dijo mi papá enojado, no podía ocultar sus sentimientos — Es suficiente con que mi otra hija esté involucrada formalmente con el FBI, ¿Ahora quieres decirme que Astrid tiene que ir a dar la cara por un asesino?

— Lo entiendo papá — contestó Alana — ¿Crees que me gusta que mi hermana menor esté involucrada en todo esto? Pero lo lamento que sea así.

— Yo estaba involucrada amorosamente con ese asesino, por lo tanto, si me hace parte — dije con voz fría. Mis papás me miraron sorprendidos y Alana, con pena.

Era tarde en la noche, me levanté de la mesa y caminé hacia nuestro patio, una suave brisa recorrió mi cuerpo y tuve que abrazarme a mi misma para combatir el frío. Escuché a mi papá decir "Supe que ese chico no era buena para ella" y cerré los ojos con indignación. Quería creer que era mentira, que todo era un sueño del que despertaría.

Pero no. Ahora mismo estaba sola.

— No le hagas caso a papá, está muy nervioso — dijo mi hermana detrás de mi y puso sus manos en mis hombros.

— Supongo que es la reacción esperada si te enteras que el novio de tu hija es un asesino.

— Lo sé — suspiró — No quería decirte esto, y menos delante de papá y mamá, pero hoy pude ver a Elio, al menos de lejos.

—¿Cómo está?

Me sentí inservible al preguntar cómo estaba, cuando en realidad lo que debería era sentir pena y asco por el. De cualquier modo, no era tan fácil olvidarse de una persona y sentir rechazo de un día para el otro.

— No es mi caso y no pude averiguar mucho, pero al parecer no intentó hablar o defenderse. Tampoco es que esté en shock, simplemente está como.. no lo sé, me dió la impresión que se rindió.

¿Nada? ¿Ni siquiera una defensa? ¿Ni siquiera queda la esperanza de que todo sea un error?

— Si tengo que ir a dar testimonio, ¿Hay alguna posibilidad de poder verlo?

Negó — No creo que sea lo mejor Astrid, si papá llegara a enterarse que...

— Por favor, solo quiero intentar comprender esta situación, solo eso.

Suspiró — Podría hacer una excepción y conversar con Jack Crawford, pero sería una visita normal, con un vidrio de por medio y a través de un teléfono.

Asintió — Está bien, voy a ver qué puedo hacer por ti. Aunque odio estar de acuerdo con papá, Elio es peligroso y no me gusta nada que hagas eso — negó varias veces — pero sé lo que significó él para ti.

Lo tomaba como una última vez, la última vez que vería a Elio en un lugar que no fuera la cárcel.

🔍

V

arios agentes habían tomado mi declaración, en realidad, yo no tenía nada mucho para decir pero era importante por mi relación con Elio.
Conocí a Jack Crawford, el jefe de mi hermana, un hombre serio y frío que desconfiaba en cada momento de mi palabra y pedía que de más información, a pesar de que yo no la tenía.

Después de media hora de preguntas y respuestas y de enumerar como comenzó mi relación con Elio, al fin acabó.

— Eso es todo, señorita Bloom — dijo Crawford arreglando su chaqueta — cualquier cosa que necesitemos la tendremos en cuenta.

— Jack, quiero hablar unos segundo contigo — dijo mi hermana interrumpiendo nuestro saludo, me hizo un gesto para que la espere afuera.

Sabía que a lo mejor ella podía estar pidiendole permiso para que yo pueda ver a Elio. Unos minutos después salió con una expresión positiva, comencé a ponerme progresivamente más nerviosa.

— Serán solo cinco minutos, y como te dije ayer, es una visita detrás del cristal. Ahora mismo es lo único que pueden ofrecerte.

— Está bien — dije levantando mi cabeza — será rápido, no quiero seguir mucho tiempo aquí dentro, este lugar es simplemente... Espantoso.

Tuve que esperar un rato, en el que suponía que iban a llevar a Elio a la sala, y luego, un policía se acercó a mí y me guió. Alana me ofreció su apoyo, pero yo necesitaba ir sola.

Cuando entré, la vista de Elio fue totalmente terrorífica y desgarradora, y a pesar de que un cristal nos separaba, podía percibir algo en él que antes no conocía. Tenía grandes bolsas debajo de sus ojos, que estaban tan rojos como podían estar y su expresión era neutra.

Apoyó la cabeza sobre la pared y tomó el teléfono, yo temblando hice lo mismo y tomé el teléfono. Sentí su respiración pesada, no podía quitarle los ojos de encima.

—¿Qué sucedió? — fue lo único que podía preguntar.

Negó varias veces — No lo sé — su voz sonaba rasposa — Nunca haría nada que te lastime, nunca.

Dejé que una lágrima caiga por mi mejilla, no necesitaba que me diga eso, no necesitaba que me diga que me ama o que jamás me lastimaria. Necesitaba que me diga que esto era un error y que iba a volver conmigo. Que él no había matado a mi amiga.

— Necesitas creerme, no hice nada. No soy el culpable aquí.

Apoyó su mano sobre el cristal con la palma abierta.

— Mataste a mi amiga, hay ADN tuyo en ella. Te atreviste a tocarla. — murmuré con la voz rota y los dientes apretados.

Y no lo negó, simplemente me miró con los ojos muy abiertos.

— Te amo Astrid, yo...

Colgué el teléfono y salí del lugar con los ojos llenos de lágrimas, el policía me miró de reojo, escuché como Elio golpeaba el cristal y otros policías lo detenían. Todas las cosas que él dijo ahora corrían por mi mente.

Tenía que irme de este lugar lo más pronto posible.

Doctora Bloom || Hannibal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora