Doctora Bloom || Hannibal.

39

Un mes después.

— Gracias por todo Doctora Bloom, nos vemos la semana que viene.

Escuchaba atentamente a mis pacientes recurrentes, y escuchar los problemas amorosos simplemente me deprimía. Al parecer no había motivo psiquiátrico más importante que una ruptura de corazon.
No sabía si estaba lista para volver a tomar pacientes, pero aún así lo hice, guiada por los consejos de mi hermana..

El primer mes después de lo que sucedió con Hannibal había sido duro, todos estabamos a la expectativa, allí afuera había un asesino suelto. Y vaya que era un buen asesino. Yo todas las noches recreaba la última escena que habíamos tenido juntos, me sentia culpable por pensar en él, y aún asi, lo hacía.

—¿En qué tanto piensas?

Me sobresalté, frente a mí estaba Alana, sosteniendo su bastón. La caida había causado en ella inconvenientes para caminar, me paré para intentar ayudarla.

— ¿Estás bien?

— Tranquila — sonrió — ya me acostumbré a esto. ¿Terminaste con tus pacientes?

Asentí — ¿Que hay de ti, como te fue con Mason Verger?

Cómo si fuera poco, Alana había comenzado a darle terapia a Mason Verger, si, el mismo hombre que yo había conocido. El que tenía un pasado oscuro con Hannibal y Will, y como si fuera poco, el que buscaba ser el asesino de Hannibal cuando el FBI lo atrape.

Me parecía una mala idea, desde el primer momento se lo hice notar, pero ella también estaba cegada por el odio y tenía incluso más ganas que el FBI de atraparlo.

— Supongo que bien — contestó — estuve hablando con Margot, su hermana.

— Su hermana, claro, ¿Cómo no recordarlo? a la que le realizó el procedimientos más cruel que se le puede realizar a una mujer — hablé con ironía — ¿Cómo está ella?

Dejó el bastón a un lado y mientras se quitaba su abrigo meditaba una respuesta.

— Creo que congenié muy bien con ella, es una mujer que tiene muchos demonios — hizo una pausa — y eso la hace muy interesante.

Serví café en dos tazas y le extendi una a ella.

—¿Y qué hay de Will? ¿Hablaste con él?

— Está planeando un viaje, no nos dió la razón concreta, pero estoy segura que quiere buscar a Hannibal, al igual que Jack y que todos. Hablando de eso, tengo algo para tí.

Buscó algo en su bolso, me extendió un folleto con el rostro dibujado de Hannibal y un escrito con las letras suficientemente grandes como para llamar la atención: "Se busca, hay recompensa"

— Jack enviará una copia a distintos países de Europa, igual de Sudamérica, en algún lado tiene que estar, no desapareció de la faz de la tierra. No tiene esos poderes.

— No creo que sea una buena idea — dije — la última vez que Jack Crawford quiso atraparlo hubo muertes, y él mismo casi pierde la vida tambien.

—¿Qué propones? — preguntó sonando un tanto irónica, a mí parecer — ¿Que lo olvidemos y que finjamos que no existe?

— Sabes que no estoy insinuando eso. Simplemente estoy dudando de las técnicas que últimamente tiene el FBI para atrapar asesinos.

Apoyó la taza en la mesa y me miró, me dió esa mirada de hermana acusadora, insinuando que había algo mal en lo que había dicho.

— Astrid, te recomendaría que no digas eso con otras personas que no sea yo. Estoy esforzándome por mantener a Jack ocupado para que no dude de que eres cómplice de la fuga de Hannibal.

—¿Creen que yo sé dónde está él?

Se encogió de hombros — Eres la última persona viva con la que habló, no te lastimó al igual que a Will, que cuando llegó la policía ya estaba inconsciente. No puedes culpar a nadie por sospechar de ti.

Tienen un punto, de verdad lo tienen. La realidad es que yo no tenía ni idea a dónde había ido, pero si era cierto que me había ofrecido huir con él.

— No sé dónde está — contesté con seguridad — y creo que demostró ser bastante inteligente como para enviarme señales. Sabe que soy tu hermana, sabe que Jack estará detrás de mi después de todo.

— Pienso lo mismo — concordó — Si alguna vez llega a enviarte algo...

No la dejé terminar — Lo sabrás.

No era una promesa que podría cumplir, lo sabía. Pero yo conocía a la persona que seguramente sabía el paradero de Hannibal.

Y no iba a seguir fingiendo que no.