21

225 36 0
                                    

— Ya lo sé, lo sé todo — habló Hannibal con voz seria — aunque hubiera apreciado que me lo hayas contado tú misma y no haberme enterado por el doctor Chilton. ¿Tan solo puedes imaginarte la decepción?

Y en definitiva, yo hice lo peor que podía hacer, y eso era dejar pasar el tiempo y seguir mintiendole a Hannibal sobre Will. Ahora él se había enterado de todo y no estaba muy feliz.

— Hice todo porque sabía que te decepcionarías de mi — murmuré cabizbaja — Will fue tu paciente por mucho tiempo, y de un día para otro yo tengo que arrebatarte esa potestad.

— ¿Entonces crees que es un tonto juego de celos? — preguntó con un tono casi irónico, Hannibal podía ser algo escéptico, pero nunca irónico y por eso era raro — No me importa el hecho de que Will Graham sea tu paciente, sino el hecho de que me lo ocultaste, y entiendo perfectamente la razón. Los dos sabemos que él quiere acusarme de un delito que él mismo cometió.

Había sido una idiota. Y él tenía razón.

— Lo hice por mi hermana, por Alana.

Suspiró — Está bien, solo... Te pediría cordialmente de que no le hables a él sobre mi — su mirada se desvío y ví la decepción en sus ojos, una punzada inundó mi pecho — creo que ambos estamos decepcionados del otro.

—¿Por qué crees que me eligió a mi como su nueva psiquiatra?

— Will es muy inteligente al momento de elegir a sus soldados, te ve como una pieza que puede utilizar y luego desechar.

Respiré con desesperación, esto era justamente lo que quería evitar— No quiero que esto se vuelva una competencia, no quiero ser la intermediaria entre ustedes dos.

— Inevitablemente lo eres.

Hannibal acomodó su saco y me dió una última mirada. Me sentía mal por él y no quería ser parte de su dolor, odiaba tanto a Chilton ahora mismo por no haber sido él el que le cuente que Will rescindió sus terapias. Percibía la necesidad de querer humillarlo.

— No puedo sentirme cómodo si sé que me mientes, Astrid — habló con una media sonrisa — Esto va a terminar mal, lo sé.

— Nada tiene por qué terminar mal — exclamé en tono de súplica — Es simplemente un movimiento para que Will salga del lugar donde está.

—¿Y si en realidad él se merece estar donde está? — preguntó dejándome completamente helada — Hasta luego, Astrid, cuídate. En serio tienes que hacerlo.

Lo ví alejarse y sentí esa sensación que sentí cuando ví a Elio por última vez en la cárcel: la sensación de que estoy haciendo algo mal.

🔍

—¿Entonces qué crees después de lo que pasó en el juicio? — le pregunté a Will como parte de nuestra terapia.

— Que nadie querrá sacarme de aquí excepto de que yo mismo empiece a mover mis propias piezas. Estoy empezando a recordar, Astrid, esto me está ayudando. Me estás ayudando.

Mi estómago se revolvió recordando las palabras de Hannibal, eran inevitables en este momento.

—¿Entonces, qué recordaste?

— Él mató a Abigail, y me inculpo, puedo asegurarte que esa oreja no entró por voluntad propia a mi cuerpo.

Lo miré hipnotizada.

— ¿Si no entró por voluntad propia, cómo la ingresó a tu cuerpo?

— Todo está un poco borroso — meneo su cabeza un par de veces — pero hay una inyección... Y un tubo y...

Esperé a que continúe, francamente lo que estaba contando era un poco difícil de creer, pero por otro lado sus recuerdos podían guiarme hacia otra cosa.

— Prometo que seguiré recordando todo, pero tengo la certeza de que Hannibal me hizo algo, y me está usando para cubrir cosas que él hizo...

—¿Qué piensas hacer al respecto? — pregunté — ¿Cómo piensas interferir estando aquí dentro?

Sus ojos se detuvieron en los míos, hubo una pausa insoportable en la que no me decía nada, parecía que estaba dudando de si hablar o no.

— Ya me estoy encargando de él, no te preocupes por eso, lo tengo todo pensado.

Abrí los ojos desmesuradamente, ese "Ya me estoy encargando de él" me decía que algo estaba mal, había algo detrás de todo eso.

— Te dije que debías alejarte de Hannibal Lecter mientras pudieras...

¿Algo malo le había sucedido? Terminé la terapia rápidamente y salí, empecé a llamar a Hannibal pero no había respuesta de su parte, tomé un taxi y fui hacia el FBI. Necesitaba hablar con Jack y con Alana.

— Vamos... Atiende...

Pero nada, su teléfono sonaba y sonaba y no había respuesta de su parte, no escuchaba su voz, quería pensar que solo era porque estaba enfadado conmigo.

Bajé del taxi y caminé con una velocidad que ni yo reconocía de mi a la oficina, casi no tenía aire pero no importaba. Leí el apellido "Crawford" y abrí la puerta de golpe. Respiré al ver a Alana y a Jack ahí dentro.

—¿Astrid? ¿Estás bien? — preguntó Alana preocupada.

Jack lo sabía, y me miró.

— ¿Es Will, sucede algo con él?

— Deben rastrear el teléfono de Hannibal — respiré con dificultad — creo que Will le pudo haber hecho algo, no sé cómo, pero lo dió a entender.

Fue todo para que Alana y Jack se miraran entre ellos y con una simple llamada comenzaran un operativo para buscar a Hannibal.
Si le había pasado algo, no iba a perdonarme esto nunca más en la vida.

Doctora Bloom || Hannibal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora