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Necesitaba decirles a todos lo que me había confesado Elio, esto marcaba un antes y un después, ya era tarde, intenté llamar a mi hermana pero no obtuve respuesta, pensé que quizás estaba con Jack Crawford así que me dirigí a su despacho.
Para mí mala sorpresa, ahí tampoco estaban, incluso ni siquiera Jack estaba lo cual era muy raro. Pensé en llamar a Will, de alguna forma u otra ellos tres siempre estaban juntos.

—¿Estás buscando a Jack? No lo vas a encontrar aquí.

Me giré a ver a la persona al final del pasillo, cuál película de terror, Freddue Lounds me miraba con una media sonrisa. Caminé hacia ella.

—¿Q-qué, qué es esto? ¿Estás viva?

— Oh, lo siento — rió un poco — pensé que ya estabas al tanto, de todos modos debo admitir que fue un lindo gesto que Alana y tú fueran a mi falso entierro.

Me tomé las sienes, mi cabeza estaba empezando a doler — Mierda Freddie, estoy jodidamente confundida ahora mismo. ¿Podrías facilitar esto? ¿De que se trata todo esto?

— Fingi mi muerte. Con Jack y Will Graham fingimos que él me había matado, y eso funcionó como cebo para terminar de descubrir a Hannibal como el verdadero destripador de Chesapeake.

Tenía sentido, tenía mucho sentido. Hacerle creer a Hannibal que Will era un asesino para desenmascarar su propia identidad. Y lo hizo. Lo que yo llamo la última cena, todo era mentira, nunca habíamos comido carne humana. Fue la carnada perfecta.

— Esta tarde Will dió el aviso, el FBI fue a buscar a Hannibal para encarcelarlo. Todos los crímenes serán pagados. — prosiguió.

—¿Jack fue a casa de Hannibal? — pregunté.

— Will también, y es posible que Alana también.

No. Automáticamente pensé lo peor, recordé las palabras de Elio: "Nunca van a atrapar al sujeto, incluso si en algún momento se llega a descubrir la verdad, no van a atraparlo."

—Es peligroso, ellos pueden estar en peligro. ¿Nadie lo pensó al momento de hacer el plan?

Freddie me miró sin decir nada, yo salí como pude del lugar y tomé el primer taxi que vino. Mi próxima dirección era la mansión de Hannibal, sin saber perfectamente que iba a encontrar allí.  Miré los vidrios del auto cubrirse con pequeñas gotas de lluvia. Habia comenzado a llover.

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Llegué a la mansión más rápido de lo que creí, daba un aspecto tenebroso, uno que nunca había visto. Al parecer mi imagen de Hannibal había oscurecido, y su casa también.

Cuando entré, lo primero que ví me dejó en shock, algunas lágrimas cayeron de mis ojos. En el suelo, con muchos vidrios rodeándola, estaba Alana, mi hermana mayor, tirada. Levanté la vista y vi la ventana que daba a la sala rota, entendí que lo más seguro es que la arrojaron desde ahí. Corri hacia ella.

— Alana.. — murmuré tomando su rostro, ella gimió en dolor — Por Dios,  tengo que sacarte de aqui, llevarte a un hospital.

Ella tomó mi mano con fuerza y murmuró con voz difícil.

— No... Astrid... Tienes que entrar — dijo algo angustiada, sabía que estaba sintiendo mucho dolor pero me lo estaba ocultando — Jack y Will están dentro.

Era lo que más temía, y al mismo tiempo, lo que sospechaba.

— Astrid — me miró — estaré bien, ayudalos.

Ante su exigencia, me levanté del suelo y entré a la casa, estaba a la defensiva, sabía que podía pasar cualquier cosa. Había olor a sangre y eso me aterraba, porque si, una vez que cubrias diferentes crimenes, aprendías a diferenciar el olor metálico e invasivo de la sangre.

Doctora Bloom || Hannibal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora