¿Qué sabía yo acerca de Iris Tadley? Absolutamente nada, no compartíamos curso, jamás tuvimos un intercambio de palabras y solamente me enteré de su existencia cuando su rostro empezó a circular entre los periódicos de la ciudad.
Iris y yo no nos conocimos, y quizás, si aún estuviera viva, tampoco hubiéramos hablado, pero teníamos cosas en común, ambas estudiábamos psiquiatría y ambas estábamos en el mismo espacio el día que ella no volvió a su casa. El fatídico 6 de junio.— Aún es difícil para mí digerir que desapareció el mismo día y a la misma hora que yo estaba recorriendo la biblioteca de la universidad — dije incómoda, removiendome sobre el sofá — ¿Y si la mataron en ese momento, mientras yo me escabullía entre las páginas de Gilles Deleuze?
Respiré con el ceño fruncido, no esperé una respuesta inmediata por lo que continué hablando.
— La muerte de Iris es distinta a las otras tres muertes, es decir, todas tuvieron el mismo impacto en la universidad, pero ahora el aire se siente pesado, y yo no puedo evitar pensar lo cerca que estuve de ella en ese momento. Tal vez podría haber hecho algo por ella, no lo sé, todo es muy confuso ahora mismo.
— Las personas tienden a sentir remordimiento por las cosas que pudieron haber hecho, y no hicieron— contestó Hannibal Lecter — pero Astrid, no tenemos el poder de saber eso, por cada minuto de nuestras vidas hay una infinita cantidad de cosas que podríamos haber hecho — frunció el ceño — y esa cercanía de la que hablas con el caso de Iris, es tan simple como decir que tuviste una primera cercanía a la muerte representado Dime, ¿Cuántas veces pensaste que podrías haber sido tú quien haya muerto en lugar de Iris?
Suspiré — Más de las que debería.
Supongo que él notó mi tono desalentador y sonrió un poco intentando transmitirme confianza.
— Hay algo que quiso que no seas tu, que sigas acá y hables conmigo, ¿No lo crees? — preguntó y yo asentí, era interesante pensarlo así.
— Dicen que su muerte fue lenta, dolorosa y sobre todas las cosas cruel — comenté — al igual que las otras tres. Solo quisiera saber, ¿Por qué alguien haría algo así? La idea de quién está matando a todas esas estudiantes corre por los pasillos, quizás sea alguien que conozco, eso es lo que más me perturba.
—¿Desconfías de las personas con las que estás? — preguntó tomándome por sorpresa.
— No, claro que no quise decir eso — me corregí — es solo que la situación es difícil, hay un asesino suelto en la universidad, ¿Sabes? Todos estamos muy alterados por esto.
Hannibal anotó algunas cosas en su cuaderno y volvió a mirarme.
— Entiendo lo delicado que es para ti que de un día para el otro tu universidad se esté convirtiendo en la escena de un crimen, pero necesitas ser fuerte, la duda y el miedo son sinónimos de debilidad. Y créeme, el miedo es algo que sí se huele.
Asentí, tenía razón, tenía que dejar de atraer los pensamientos negativos. Me miró un par de segundos y concluyó con una sonrisa modesta.
—¿Nos vemos la próxima semana? — se levantó de su sillón y se acercó a mí, extendió su mano y me ayudó a levantarme.
— Por supuesto. Gracias por todo esto que haces por mi, Hannibal, sé que quizás estés rompiendo con los códigos profesionales.
Negó varias veces — Nada de eso, sé que necesitas apoyo y no podría negartelo, conozco a tus padres desde hace mucho tiempo y Alana es una de mis mas grandes amigas.
Sonreí ante la mención de mis padres y mi hermana Alana. Prácticamente había crecido conociendo a Hannibal Lecter, así que era parte de mi vida.
— Creo que ellos están asustados de que me convierta en una víctima más.
Me miró a los ojos — Podrás mentirle a cualquiera, pero sé que tú también tienes el mismo miedo, ¿Me equivoco?
Negué — Intento no demostrarlo, pero si. Para el asesino yo o cualquier otra sería una víctima más. Tal como Iris.
Apoyó su mano en mi hombro en señal de comprensión.
— ¿Y si en vez de convertirte en una víctima más, te conviertes en quien encuentre al asesino? — murmuró — piénsalo, tu historia no tiene por qué tener un final trágico.
— Hay una linea fina entre intentar atrapar al asesino y ser una víctima.
— La linea fina entre dos cosas no es nada más que un invento, hay dos grandes posibilidades en esta historia y lo sabes. O perteneces, o no lo haces y sigues viviendo con el miedo de ser la próxima hasta que el FBI capture al asesino.
Suspiré mientras pensaba en eso, Hannibal me sonrió una vez más.
— No dudo de tu capacidad de afrontar esto, Astrid, eres igual a tu hermana, aparentemente las portadoras del apellido Bloom nunca se dan por vencidas.
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Doctora Bloom || Hannibal.
أدب الهواةAstrid Bloom, una ingenua estudiante de psicología, ve su vida trastornada cuando su universidad se ve sacudida por una misteriosa ola de homicidios de mujeres. Temiendo ser la próxima víctima, busca refugio en los brazos de Hannibal Lecter, su psiq...