Llegué a la casa que estaba compartiendo con Alana, estaba entusiasmada por contarle la noticia que sabía que tanto esperaba. Los perros advirtieron mi llegada y comenzaron a ladrar en manada. Alana salió y me miró con una pizca de ilusión, eso me dió el pie para pensar que ella ya lo sabía.
—¿Hablaste con Jack?
Asintió — Encontraron viva a una de las víctimas del Destripador de Chesapeake, Miriam Lass, trabajaba para el FBI. Sería la única sobreviviente de este asesino, Jack cree que ella puede reconocerlo, aunque por el momento está en shock.
La miré sorprendida, aparentemente no teníamos la misma información.
— Eso es genial, supongo que será bueno para el caso — contesté — pero pensé que Jack te había contado lo de Will.
—¿Qué sucede con él?
— Con las pruebas suficientes de que el Destripador de Chesapeake sigue atacando allí afuera, Jack cree que la libertad de Will es inminente. Podría salir libre esta semana, o a más tardar, la semana que viene.
Alana no sonrió, ni mostró una pizca de alegría, simplemente suspiró y lo entendí todo: era alivio. Algo que estaba esperando desde que Will quedó encerrado en el Hospital psiquiátrico de Baltimore.
Simplemente me abrazó y yo le correspondi, los perros se acoplaron a nuestro alrededor quizás entendiendo que esto se trataba de algo nuevo.
— ¿Estás cien por ciento segura? — preguntó.
— Con la nueva cantidad de "trofeos" del Destripador que encontraron, ya no pueden negar que Will no pudo haber hecho eso desde la cárcel. Todo saldrá bien, creeme. Confía en Jack, aunque sea por una vez, creo que está intentando hacer las cosas bien.
Asintió, lo sabía, ambas sabíamos que Jack estaba intentando arreglar lo que en parte él mismo provocó.
— Will va a regresar, a su hogar.
Sonreí y miré a los perros, que nos observaban con curiosidad.
— Ellos son su hogar.
Pero yo estaba preocupada por Will, estaba preocupada de no poder confiar en él. No después de que casi intentó matar a Hannibal.
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Vi el auto aparcar en la casa de Will, habíamos preparado todo para su regreso, para que se sienta como en casa nuevamente me levanté del asiento y caminé hacia afuera. Alana y Will bajaron del auto, él estaba bien, reluciente, como si no hubiera pasado tantos días encerrado.
Como era de esperarse, los perros corrieron con emoción hacia él. Sonreí un poco cuando ví que se agachó y empezó a acariciarlos.— Oigan, ¿Cómo están? — Winston saltó hacia su regazo — Winston amigo, ¿Te portaste bien?
— Solo se escapó un par de veces — contestó Alana sonriente — te extrañaba.
— Me alegra que estés aquí.
Dije sonando sincera, Will me miró y sonrió un poco, la felicidad nadie podía quitársela. Estaba en casa.
— Supongo que ya no seré más tu psiquiatra — bromeé un poco.
— Supongo que no — chasqueó la lengua — Pero gracias por lo que hiciste por mi, gracias a las dos, sé por Jack que participaron activamente para que yo ahora esté libre.
— Es lo mínimo que pudimos hacer.
El reencuentro continuó, en un momento me quedé sola con Will y él se acercó, como si quisiera decirme o pedirme algo.
— ¿Hannibal estará a salvo? —pregunté aprovechando — No puedo olvidar que lo intentaste matar.
— ¿De mí o tú a salvo de él? — preguntó incrédulo.
Negué varias veces — Te equivocas respecto a él.
— Tu te equivocas, ves únicamente lo bueno de él, yo... No puedo.
¿Acaso no había forma de convencerlo de que Hannibal no quería lastimarlo?
— También ví algo bueno en ti, y a pesar de que todos te veían como el único sospechoso y culpable mírate, ahora estás volviendo a tu vida.
Se acercó a un más a mi, con advertencia. No iba a convencerlo jamás, ya era demasiado tarde para que su relación mejore.
— Deberías alejarte de Hannibal Lecter. Es peligroso, Astrid.
No contesté nada, Will se hizo a un lado y entró a la casa, los perros lo siguieron. Me quedé sumida en mis pensamientos hasta que mi hermana me interrumpió.
—¿Astrid?
— ¿Hm?
—¿Vamos a casa?
Volvi a mirar hacia la dirección en la que se había alejado Will, ya no había rastros de él.
— Si, vamos. Necesita estar solo.
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Doctora Bloom || Hannibal.
FanficAstrid Bloom, una ingenua estudiante de psicología, ve su vida trastornada cuando su universidad se ve sacudida por una misteriosa ola de homicidios de mujeres. Temiendo ser la próxima víctima, busca refugio en los brazos de Hannibal Lecter, su psiq...