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El crímen de Randall Tier nos tenía a todos un tanto desconcertados, y  tenía por supuesto en vela al FBI. Todos creían que se trataba de otro ataque del Destripador, pero ¿De qué Destripador estábamos hablando? Todo era muy confuso.

Alguien tocó la puerta de la casa, me pareció raro, pensé en Alana pero ella estaba trabajando y hasta la noche no volvía, pensé en Hannibal pero probablemente también estaba trabajando y atendiendo a sus pacientes.

Abrí la puerta y una mujer pelirroja me miró de arriba a abajo, ¿Quién era y por qué me resultaba sospechosamente familiar?

— Hola, buenas tardes. ¿De casualidad está Astrid Bloom?

Claramente su pregunta tuvo doble sentido. Sabía perfectamente quién era yo, y lo percibía.

— Si soy yo — contesté seria — ¿Quien me busca?

— Soy Freddie Lounds, periodista de The National Tattler. Estoy escribiendo un libro sobre el caso del Destripador de Chesapeake y me gustaría, si no te molesta, tener una pequeña entrevista contigo.

Todo tuvo sentido de pronto, Freddie Lounds, Alana me había hablado mucho sobre ella. Perseguía al FBI por el caso del Destripador buscando tener los créditos de la historia.

— No creo poder ayudarte. No soy parte del caso. Alana sí.

— El doctor Chilton me dijo que tenías un relación con Hannibal Lecter, el Destripador al que todos apuntan pero nadie puede desenmascarar. ¿Verdad?

No contesté nada, su tono inquisidor estaba empezando a volverme loca. ¿Que es lo que quería de mi?

— Mira Astrid, sé que no confías en mí, porque francamente yo tampoco confiaría en mi. Cuando Will estaba en prisión, me cedió los derechos de la historia del Destripador.

— Eso no es verdad — respondí tajante.

Sacó su teléfono — ¿Quieres que lo llamemos y le preguntemos? Will me citó y lo hizo, también me sorprendió.

Meditandolo un segundo, creí que era algo que Will haría, en la desesperación de culpar a Hannibal, liberarse y expandir su historia.

Suspiré — ¿Qué quieres saber?

— Seré concisa, no te preocupes que no voy a quitarte mucho tiempo — entró a la casa, cerré la puerta — Frederick Chilton fue acusado de ser el Destripador, yo nunca me creí todo esto, al contrario. Somos muchos los que aún creemos que Hannibal lo es. Tengo entendido que conociste a Chilton.

— Brevemente, no lo conocí muy bien. Conozco más a Hannibal, lo suficiente.

— ¿A cual de los dos Hannibal conoces? ¿Al que finge ser el psiquiatra perfecto, o al que puede ser el Destripador de Chesapeake?

— A ambos — contesté tomándola por sorpresa.

—¿Estas admitiendo que alguna vez dudaste de él?

No contesté nada, simplemente sostuve la mirada. ¿Cómo no podía dudarlo? Muchas veces lo hice, pero confiaba en él. Y esa confianza era más grande que mis dudas.

— Es interesante que estés involucrada en una relación amorosa con él y aún así tengas tus dudas — pensó — dime, Astrid, ¿Esto te convierte en cómplice o en sospechosa?

No podía creer que esté insinuando eso. Mi respuesta nunca llegó porque la puerta se abrió y por ella entraron Hannibal y Alana. La pelirroja se alarmó, y lo noté en su expresion.
Qué sugerente, ¿Verdad, Freddie?

— Freddie — habló mi hermana confundida — ¿Qué haces aquí?

— Simplemente teniendo una pequeña charla con Astrid.

Hannibal me miró y luego la miró a ella. Un momento tenso se generó en el ambiente.

— Tienes una hermana muy interesante, y muy informativa también.

Cerré los ojos con fuerza, lo que menos necesitaba es que ella insinuara que yo le estaba dando información.

Al parecer notó el hecho de que con la llegada de Alana, y más específicamente la de Hannibal, ya no era bienvenida en este espacio.

— Bueno, será mejor que me vaya — tomó su bolso y sacó algo de ahí, era un papel con su número — Si algún día quieres hablar, ya sabes dónde encontrarme.

Extendí mi mano insegura de si tomarlo o no, pero Hannibal se me adelantó y le arrebato el papel de la mano. Freddie lo miró sobresaltada, era obvio que la relación entre ellos dos no era la mejor. Alana miraba todo en silencio.
Finalmente Freddie se fue.

— ¿Estás bien, querida? — Hannibal me tomó de la cintura y depositó un suave beso en mi frente.

— Si, ¿Ustedes sabían que Lounds tiene el derecho oficial para escribir sobre el Destripador?

— Lamentablemente es así — contestó mi hermana quitándose su abrigo — ten cuidado, debería haberte advertido mejor sobre ella. Está obsesionada con sacar una buena nota para su periódico.

— Lo noté.

Sentía los brazos de Hannibal y no podía olvidar la conversación de hace minutos. ¿Cómplice o sospechosa? ¿Que era yo en toda esta enroscada historia de asesinatos?

— Hay cosas más por las que preocuparnos ahora mismo — exclamó Hannibal con voz dura.

—¿Pasó algo? — los miré preocupada.

— Margot Verger. Está embarazada.

Mi mandíbula cayó al suelo, si Margot Verger estaba embarazada eso quería decir que.. ¿Will era el padre?

— Will es el padre — aclaró Alana con voz un poco oscura.

Y yo lo sabía, no era pura casualidad que semanas atrás yo haya tenido esa conversación con él.

—¿Que hay de malo con ello?

— Mason Verger, su hermano a quien tú conoces, está retorcido. Es capaz de hacer cualquier cosa si se entera de que su hermana está embarazada, no soportaría la idea de que un hijo de su hermana le arrebate la herencia y el imperio que está formando desde hace años. Tiene que ocultar el embarazo. — habló Hannibal.

— Eventualmente va a descubrirlo..

— Todo esto fue un plan por parte de Margot — dijo mi hermana — acostarse con Will, no usar protección, quedar embarazada. Ella quiere deshacerse de su hermano, y piensa que así va a lograrlo pero...

Si pensaba que no sucedían bastante cosas retorcidas en esta ciudad, me había equivocado, porque siempre había algo nuevo.

Doctora Bloom || Hannibal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora