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— Cariño, ¿Me estás escuchando? — preguntó Elio haciéndome salir de mi ensañamiento. Me sentía mal por no estar prestándole atención.

— Lo siento mucho, estoy un poco distraída.

Rió — Ya veo, tranquila cariño, podemos discutir el tema de la boda más tarde. Entiendo que estás muy complicada con el caso del dragón.

— No es eso — suspiré frotando mi rostro con cansancio — Hay muchas cosas en mi cabeza ahora mismo, la boda, Ruby, el FBI, el regreso de Will... — En Hannibal, quise sumar pero me mantuve callada.

Se acercó y me abrazó para confortarme — Sabes princesa que lo que menos quiero es sumarte una preocupación más.

Lo miré sintiendo que podía derretirme de la ternura, no quería que piense que nuestra boda no es algo importante, lo era y mucho, pero no era un buen momento para mi. Había mucho que planear, mucho que pensar y mi cabeza estaba en cualquier lugar.

— ¿Sabes que puedes hablar conmigo, verdad?

Asentí — Por supuesto, siempre confío en ti. El problema es que no quiero preocuparte con mis estupideces.

— Tus asuntos no son estupideces, Astrid — murmuró rodando los ojos — Por supuesto que me preocupo por ti, en unos meses todo lo referido a ti tendrá que ver conmigo. Si es que ya no lo es.

Sonreí — Tienes razón, me siento absurda por no confiarte mis cosas.

Él besó delicadamente mis labios. No lo merecía. No merecía tanto de él, era un encanto, era..
Tuvimos una interrupción, mi teléfono estaba sonando, me separé avergonzada.

—¿Me aguardas un segundo?

— Adelante, cariño, seguiré con esto.

Agarré mi celular y leí el nombre de Will en la pantalla, atendí con un poco de confusión.

— ¿Will? — su voz del otro lado sonaba agitada — Espera, hablame más despacio, ¿Que sucede? — hizo una pausa y comenzó a explicarme bien, mi rostro se transformó en preocupación — ¿Dónde estas? — Elio me miró confundido, sabía que algo estaba mal — Está bien, iré allí.

Corté la llamada y suspiré con frustración. Esto es lo que temíamos. Esto es lo que podía pasarme a mi, y también podía pasarle a Will.

—¿Ocurrió algo malo? — preguntó mi novio.

— Si, debo irme.

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Llegué al hospital, estaba custodiado por policías y agentes del FBI. Caminé rápido, a lo lejos ví a Will, tenía los ojos hinchados. Me acerqué y lo abracé.

—¿Cómo está ella?

Suspiró con dolor — Estable, por ahora.

Molly y Walter habían sido víctimas del Dragón rojo, o mejor dicho, casi víctimas, porque al parecer él intento matarlos pero lograron escapar. Molly había terminado con bastantes heridas, mientras que Walter había salido ileso.

— Esto es lo que me daba miedo de volver, no era sobre mi, era sobre ellos — hizo una pausa — maldición Astrid, literalmente nuestra casa esra en el medio de la nada y aun así ese loco fue a buscarlos. Porque me conoce, sabe quién soy, y los dos sabemos por qué lo sabe.

Acaricié sus hombros intentando calmarlo, estaba muy alterado y realmente lo entendía. Miré a lo lejos a Walter, estaba sentando en un sofá jugando con la tablet. Suspiré con lastima, era su madre la que había terminado herida.

— Calmate, tienes que estar tranquilo. ¿Cómo está él?

Miró hacia el niño — Aún no me atrevo a acercarme, siento que soy responsable de todo esto. Ellos tenían una vida normal, y de pronto pasa todo esto.

Negué — Él te necesita Will, los dos te necesitan. Tenemos que estar unidos, podemos atrapar a este asesino solo estando juntos.

— Todo tiene un límite Astrid, se metió con mi familia — tomó una exhalación con enojo — ¿Y como crees que él sabía que yo tenía una familia? Porque yo estoy muy seguro de dónde sacó esa información.

Entendí lo que estaba implicando, Jack llegó pocos minutos después para hablar con Will. Ambos lo convencimos de que se acerque a hablar con Walter, para transmitirle esa confianza paternal que ambos conocen.
Jack enarcó una ceja y se dirigió a mi.

— Esto está yendo muy lejos, ¿No crees?

Asentí — Definitivamente. Todos sabemos cómo va a terminar esto si no atrapamos rápido al dragón.

— Ella estará bien — se refirió a Molly y miro como Walter y Will hablaban — Tuvieron suerte esta vez.

Un escalofrío recorrió mi espalda, una imagen de Ruby apareció en mi cabeza. Yo también tenía una familia, una familia que estaba en peligro.

Y si Hannibal estaba involucrado de alguna manera en ese ataque... ¿Seriamos nosotras las próximas víctimas?
Tenía que detener esto antes de que sea demasiado tarde.

Doctora Bloom || Hannibal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora