AMANDA POV
Han pasado dos semanas desde la conversación con mis padres.
Desde entonces no he tenido siquiera un día libre. Si en el consultorio mi salario y mi tiempo son pequeños, en la floristería esto ni siquiera existe.
Mis padres se esfuerzan por no dejarme demasiado tiempo libre y por eso perdí mucho peso. No he podido descansar adecuadamente y a pesar de comer normalmente, mi cuerpo se está marchitando.
No he visto ni hablado con Lucas desde ese día. Me ha estado buscando, pero en vano. Cuando mis padres no están, tengo a mis hermanos como perros guardianes. No están de acuerdo con lo que están haciendo nuestros padres. Pero ¿qué podrían hacer dos adolescentes por mí? Nada. Por mucho que quieran ayudarme, también dependen de nuestros padres y no pueden ir en contra de ellos.
Hoy trabajé en la oficina por la mañana. Después del almuerzo, el Dr. Mauro tenía algo personal que atender y me dio el resto del día libre. Lo que significa que estoy en la tienda con mis padres preparando algunos pedidos.
Solo llevo 3 horas aquí y ya me han reprendido y sermoneado más de lo que podía contar por haber hecho varios pedidos equivocados. Tengo sueño y eso me hace bajar el ritmo y no prestar mucha atención a lo que estoy haciendo.
Cansado de mis fracasos y del "desinterés por el trabajo", mi padre me llevó a casa.
Los gemelos están ahí para vigilarme.
Pero lo que yo no esperaba era llegar, y al entrar a mi habitación me encontrar con Lucas entrando por mi ventana.
Pensé seriamente en empujarlo desde allí para evitar problemas con mis padres. Pero si muriera yo también tendría problemas con la policía. Entonces lo ayudé a entrar más rápido y cerré las cortinas.
- ¡Por un momento pensé que me ibas a empujar! - susurra, riendo.
Lo miré seriamente para que viera que tenía razón.
- ... ¿Qué quieres Lucas? ¿No me has metido en suficientes problemas? - Pregunto en voz baja, irritada de que esté ahí.
- No fue intencional. ¡Estoy aquí para arreglar las cosas! - responde.
- Ni siquiera lo pienses. Siempre logras empeorar las cosas aún más.
- Mands, quiero ayudarte. No puedo dejarte así. Te puse en esta situación. Déjame sacarte de esto. - me pide. Sus ojos me ruegan que lo acepte y por mucho que quiera salir de esto, no confío en recibir ayuda de él.
- No puedes ayudarme, Lucas. Vete a casa.- digo y le doy la espalda y me dirijo hacia mi cama. Necesito acostarme y dormir un poco. Estoy realmente agotada.
Me acuesto boca abajo y cierro los ojos. Él se acerca y lo siento sentarse a mi lado en el colchón.
- Me comuniqué con mi tía. - dice, pero yo me quedo en silencio.
Tal vez si me quedo callada se dará por vencido y se irá. No puedo gritarle, los gemelos me pueden oír.
- ... Cuando quieras ir a Los Ángeles, ella accedió a recibirte en su casa. - continuó al ver que yo no respondía. Estaba casi dormida, pero esto me alertó.
Aunque estaba despierta, no abrí los ojos y permanecí callada, esperando que continuara o me dejara.
- También estuve investigando el coste del billete. Tengo la mitad del dinero... ventajas de ser el favorito de la abuela. - dijo con humor.
Seguí sin moverme, pero él sabe muy bien que no estoy durmiendo. Que estoy atenta a cada palabra.
- ... Es un poco caro. Pero creo que tú puedes obtener el resto. El billete cuesta aproximadamente R$ 3.050,00. Pero necesitarás un poco más para conseguir transporte hasta su casa... Tengo R$ 2.000,00, te los traeré tan pronto como pueda volver a acercarme a ti. - él me dice.
Al escuchar esto abro los ojos y lo miro.
- ¿Crees que creería que tu abuela te daría R$ 2.000,00 tan fácilmente sólo porque eres su nieto favorito? - pregunto irónicamente.
- Ella no me lo dio fácilmente. Llevo 4 meses ahorrando . Le dije que quería comprarme una motocicleta y ella estuvo dispuesta a ayudarme mientras le hiciera favores. ¿Por qué crees que conducía su coche a todas partes? Mi abuela es una aprovechadora. Tuve que hacer cosas como ser su chófer personal, llevarla al mercado y llevarle la compra, incluso sacar a pasear al gato... - dice indignado por mi falta de fe en él. Pero sacar a pasear a un gato no es algo fácil de creer, y mi mirada juzgadora así lo dijo por mí.
- Es obeso, no puede andar como un gato normal. - se defiende.
- ... No quiero tu dinero, Lucas. Ya tienes tus planes para él. Sólo quiero que te vayas a casa y no me vuelvas a buscar... al menos hasta que mis padres me saquen de este castigo o yo consiga mi propio lugar. - Respondo suavemente y le doy la espalda, cerrando los ojos e intentando dormir.
- Tu eres mi mejor amiga. Mi prioridad es cuidar de ti. - dice, besa mi cabeza y siento que se levanta de la cama. Escucho sus pasos alejándose.
- Consigue el resto del dinero. - dice y escucho los ruidos de su partida y luego todo queda en silencio.
Estaba tan cansada que incluso con mi cabeza trabajando sin parar en lo que dijo Lucas, me quedé dormida rápidamente.
Unas horas más tarde, João Pedro vino a llamarme. La cena estaba lista.
Y como en las últimas semanas, mis padres apenas me miraban.
Los gemelos estaban más tranquilos que de costumbre, no jugaban tanto cuando nos reuníamos en la mesa.
Cuando terminamos de cenar, antes de irme a mi habitación, mi padre me llamó la atención por cómo me comporté hoy en la floristería. Me disculpé y dije que tendría más cuidado y sólo entonces me dejó levantarme de la mesa.
Cuando me acosté a dormir más tarde, no pude evitar pensar en los "¿Qué pasaría si... ?"
¿Qué pasaría si Lucas dijo la verdad;
¿Qué pasaría si voy a Los Ángeles?
¿Qué pasaría si conozco a su tía?
Y si... y si... y si...
Y en medio de los "¿Qué pasaría si... ?" me dormí una vez más.
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LA EXTRANJERA
General FictionLos brasileños somos conocidos por ser como una especie de plaga. Hay al menos uno en cada rincón del mundo. Algunos son inofensivos, otros causan caos. Y somos fáciles de reconocer. ¿Pero quién además de nosotros puede juzgarnos? Creo que todos hem...