ELIZABETH POV
Esa mujer ha estado en mi mente constantemente últimamente. Antes por preocupación. Ahora por ansiedad.
El día que la encontré y fui a almorzar con Allie, le conté sobre el intento de secuestro y sobre haber sido salvada por una mujer misteriosa. No di muchos detalles pero dije que ella vivía en las calles y que no hablaba mucho, conté que la busqué por varios días y cuando finalmente la encontré no fue en una buena situación. No le dije cuál era la situación, pero dije que ella estaba hambrienta y por eso pedí la comida para llevar.
Allie me escuchó en silencio hasta el final. Con una mirada cuestionadora y expresión corporal delatando incredulidad y lo molesta que está porque no se lo dije antes.
- Déjame ver si entiendo... hace unas semanas, fuiste rescatada de un MANÍACO por una SIN TECHO que arriesgó su pellejo para salvar la tuya. Ella desapareció por días y tú la estabas buscando SOLA, y cuando la encontraste ella NO ESTABA EN UNA BUENA SITUACIÓN, INTERVISTE, ME DEJASTE PLANTADA PREOCUPADÍSSIMA Y SIN NINGUNA EXPLICACIÓN para llevarle comida. ¿ES ESO ASÍ, ELIZABETH? - Dijo Allie, enfatizando algunas partes para que vea lo lío en que estoy por no haberle dicho nada antes.
- Es imposible resumirlo más. - digo sin darle mucha importancia. Al menos se lo conté. No todo, pero lo conté.
Ese día recibí el mayor sermón que una persona histérica podría idear.
Por supuesto, Marcos se unió a nosotros más tarde y apoyó a Allie.
No estoy en desacuerdo con su opinión. Incluso estoy muy de acuerdo. Pero sé lo que estoy haciendo. No calculé las consecuencias, pero sí las acciones. Voy a acercarme a esa mujer, estén de acuerdo o no. Ella es un misterio para mí y quiero desentrañarlo.
Por eso he pasado los próximos días vigilando a mi alrededor cuando paso por el centro o cerca del hotel a pesar de no haberla visto más por allá.
Cuando la volví a ver, yo estaba saliendo del restaurante con Allie para regresar a la oficina y recoger algunas cosas para una reunión. Ella estaba apoyada contra la pared, inmóvil. Llegué a pensar que ella estaba posando como una estatua viva. Pero no había un colector de dinero cerca de ella. Entonces me acerqué.
Como siempre ella permaneció en silencio, pero ya me imagino lo que hace por aquí. Es algo obvio debido a los comercios. Ella busca comida.
Entonces eso es lo que le doy y le pido que vuelva al día siguiente por más.
Si así es como la acerco, lo haré.
Planeé un almuerzo al aire libre.
La recogí en el punto de encuentro y la llevé al lugar que elegí.
Parecía reacia a entrar en la plaza, pero cedió.
Todo el tiempo ella parecía aprensiva. Intenté iniciar una conversación para conocerla más y también distraerla un poco, pero como siempre ella no abrió la boca.
Cuando ella se sentó fuera de la toalla, usé una excusa para que se subiera a ella, y así lo hizo. Pero en su mirada vi que ella se contuvo de contestar mi disculpa.
Deseé con todas mis fuerzas que lo hiciera, pero no lo hizo.
Así que me quedé allí en su silenciosa compañía. Comiendo y analizándola.
¿Qué secretos esconde? ¿Quién es ella? ¿Cuál es su nombre? ¿Qué historia hay detrás de cada hematoma? ¿Dónde están su familia y amigos?... Son tantas las preguntas sin respuestas y yo quería tanto tenerlas.
En medio de mis ensoñaciones recibo una llamada. Ella se asusta y en un acto reflejo casi me acerco a ella y la envuelvo en mis brazos.
Pero me detengo y sólo trato de calmarla sin acercarme.
La llamada es de Allie.
Me exige que me reúna con ella en su empresa con urgencia.
Algo no está bien. Preciento esto.
A contra gusto me despido de ella que una vez más me agradece haciendo mi corazón calentar, y voy al encuentro de Allie.
No tardo mucho en llegar y entro a la empresa yendo directo al ascensor. Cuando bajé al piso de su oficina, la secretaria me dijo que me estaba esperando y me dejó entrar.
Cuando entro por la puerta veo a Allie caminando de un lado a otro con una mano en la cadera y la otra en la boca. Parece afligida. Definitivamente algo no va bien. Ella ni siquiera se dio cuenta de que entré.
- Allie. - Llamo su atención.
Ella se sobresalta un poco, se quita la mano de la boca y me mira rápidamente. Se vuelve hacia la oficina y camina hacia ella, recogiendo un papel. Se acerca a mí y me lo estiende.
- Es ella. ¡¿No es?! - ella habla. Aunque pueda parecerlo, no es una pregunta. Es una declaración.
Cojo la hoja inmediatamente para entender de quién está hablando.
Estoy asombrada. Sus rasgos están um poco distindos, pero definitivamente sé quien es.
- ¿De dónde sacaste eso? - Pregunto.
- Una mujer se me acercó en la calle y me entregó preguntándome si la he visto. - dice Allie con manos inquietas, dejando claro su nerviosismo.
- ¿Dijiste?
- No. Pensé que deberías saberlo primero.
Me quedo en silencio mirando ese papel.
- Y ahora... - quiso saber Allie.
- Ahora voy a intentar encontrarla e intentar de alguna manera entender lo que está pasando. Si no la han encontrado aún, es porque no quiere que la encuentren.
- ¿Cómo puedes estar tan segura?
- Porque yo estaba con ella cuando me llamaste, y todo el tiempo ella estaba mirando alrededor visiblemente aprensiva... Ahora sé el motivo.
- ¿Y si ese no es el verdadero motivo? - Allie se exaspera. - Lizzie, deberíamos ir a la policía.
- No. Primero hablaré con ella. - digo con determinación.
- Pero tú misma me dijiste que ella no habla. - Allie dice al borde de una crisis nerviosa.
- Ella va a hablar. - Digo segura aunque no estoy no lo estoy y me doy la vuelta saliendo de la habitación, ignorando las advertencias de Allie.
Salgo del edificio y vuelvo a donde estábamos, esperando que ella todavía esté allí.
Pero no es así.
Por qué estás huyendo...?
Amanda Ramos.
ESTÁS LEYENDO
LA EXTRANJERA
General FictionLos brasileños somos conocidos por ser como una especie de plaga. Hay al menos uno en cada rincón del mundo. Algunos son inofensivos, otros causan caos. Y somos fáciles de reconocer. ¿Pero quién además de nosotros puede juzgarnos? Creo que todos hem...